Si ponemos a un lado el declive en los precios de las criptomonedas de estos meses, el futuro sigue estando en tecnologías del Web 3.0, como blockchain. Estas innovaciones requieren reglamentación gubernamental, no solo para evitar su uso indebido, sino para cimentar la legitimidad del negocio. Estas nuevas tecnologías necesitan ser objeto de tributación para afianzar su operación formal, al tiempo que el país busca más recursos para su desarrollo. En otras palabras, es juntar el hambre con las ganas de comer, en este caso, comida saludable. Colombia debe aprovechar la reforma tributaria para ser líder mundial en regulación de tecnologías Web 3.0.
El internet actual se denomina como Web 2.0, la versión 1.0 se forjó por el gobierno de EE.UU. para su defensa. En general, la sociedad, más que liderar el desarrollo, reacciona tardíamente conducir el uso del internet y las redes sociales. La actual generación lo lideran empresas como Facebook o Alibaba que, en sus diferentes regiones, son los principales árbitros del comercio y la libertad de expresión. La próxima generación promete innovación tecnológica y de negocios, al tiempo que profundizara la democracia como nunca antes.
No hay una definición formal de Web 3.0, pero involucra nuevas tecnologías que están en implementación: activos digitales, finanzas de-centralizadas, blockchain, contratos inteligentes, tokens y organizaciones autónomas descentralizadas, las cuales, en esencia, deberían lograr el fin de la intermediación en diferentes mercados, incluyendo el financiero.
Los principios de la nueva generación son de infraestructura descentralizada y abierta. Las plataformas tienen transparencia total, lo cual las obliga a responder frente a sus usuarios. Si esto ocurre, los avances de pandemia que tanto nos sorprenden, van a parecer pocos, tras la implementación de la Web 3.0.
Para cobrar estos dividendos tecnológicos, se debe crear un ambiente de innovación. Con el Banco de la República y la Dian impulsando una moneda digital oficial (ver previa columna Peso criptomoneda), vendría un nuevo ecosistema digital que formalizaría la economía. Los primeros pasos son tan sencillos como cobrar impuestos. ¿Cómo se pueden vender NFTs (imágenes digitales) si no sabemos si se cobra IVA? ¿La venta de un activo digital se entiende como ganancia ocasional o paga 4x1.000? Son preguntas que se deben empezar a resolver con definiciones claras dentro de la reforma tributaria.
Definir cuál es la base gravable, hecho generador, tarifa, etc. Claro, puede que sea necesario que algunos temas requieran estudios y queden pendientes de reglamentación, pero es necesario iniciar el proceso. El blockchain y contratos inteligentes nos ofrecen información perfecta en tiempo real. Por supuesto que la reglamentación no debe asfixiar el espíritu de innovación, pero hay que empezar a forjar camino.
Ya Dev Con, la principal conferencia mundial de Web 3.0, seleccionó a Colombia como sede para realizar su conferencia en octubre. El escenario será óptimo para profundizar en el conocimiento del país sobre estas materias. Como mínimo, será la oportunidad de poner sobre la agenda las oportunidades de recaudar más impuestos. Estos avances van a ocurrir con o sin Colombia, sería mejorar liderar, no nos vamos a arrepentir.