La propuesta que requiere el talento
La pandemia marcó un punto de quiebre; hoy más que nunca, los líderes de gestión del talento se enfrentan a un panorama cada vez más complejo: muchos empleados no están dispuestos a seguir trabajando bajo las dinámicas laborales prepandémicas. En los últimos dos años, las empresas han tenido que desarrollar nuevas formas de trabajar, revaluando cómo acercarse a la fuerza laboral y estableciendo las estructuras y políticas adecuadas para retener y atraer el talento requerido para el repunte de crecimiento post-pandemia.
Durante este proceso, a nivel global, millones de personas han renunciado a sus cargos en Estados Unidos, bajo el fenómeno conocido como “The Great Resignation”, 4,4 millones de estadounidense están retirándose mensualmente de su lugar de trabajo en lo que va del año. En el caso de Colombia, el panorama no es muy diferente, 1 de cada 6 personas de entre 18 y 29 años en América Latina y el Caribe han dejado de trabajar desde que comenzó la pandemia (dato al 2021). Muchos lo hacen en búsqueda de mejores condiciones, tanto económicas como de calidad de vida. Entre los sectores que más se han visto afectados por renuncias masivas se encuentran la educación, la salud, la hotelería, el transporte, los servicios públicos, los servicios profesionales y el comercio minorista.
En Colombia va a ser muy relevante la forma en que abordemos este fenómeno especialmente en torno a dos aspectos del mercado laboral: el conocimiento altamente demandado y las Industrias en disrupción.
En todos los sectores se necesita un porcentaje de conocimiento altamente calificado donde se requieran habilidades técnicas específicas en alta demanda como la programación. Más que nunca, es crucial que se coordinen los programas de las universidades del país con las necesidades de los empleadores, especialmente en las instituciones de educación superior de alto prestigio del país.
Una de las industrias con más impacto en Colombia es la de productos de consumo masivo, debido a los cambios en la producción y logística. Igualmente, la industria energética se está transformando radicalmente, para ofrecer servicios y productos más sostenibles y renovables. Estas transformaciones tienen un gran impacto en las capacidades, requisitos y/o conocimientos nuevos, como son las metodologías más ágiles, más humanas y con mayor propósito, generando una cultura de inclusión. En el sector de tecnología la situación será especialmente crítica, las compañías que no logren retener a sus empleados enfrentarán para 2025 un déficit de programadores de alrededor de 200.000 personas.
En el mundo post post pandemia, la competencia por el talento significa que las empresas deben centrarse tanto en las habilidades técnicas como en las capacidades blandas. Las empresas deben evolucionar hacia organizaciones de aprendizaje, teniendo en cuenta que incluso las personas con altas capacidades de innovación requieren acompañamiento y guía por parte de las organizaciones.
Ha llegado el momento de poner a los empleados en primer lugar a través de una fuerte propuesta de valor y así mismo impulsarlos a vincular el propósito individual y organizacional acompañado de la flexibilidad y el sentido de propiedad que tantos buscan. Ahora es el momento de evaluar, diseñar e implementar iniciativas que ayuden a los empleados a sentirse conectados a un propósito superior que los haga sentirse orgullosos.