Construcción, un sector llamado a liderar la equidad de género
sábado, 24 de agosto de 2024
Susana Peláez
En un sector históricamente masculinizado, como lo es la construcción, los datos del Dane, que destacan la vinculación de 131.000 mujeres al sector, merecen una mirada detallada. Este registro en la participación femenina, que todavía contrasta con una empleabilidad masculina de 92%, es un claro indicador de un cambio en curso, uno que debe ser acogido por todos los actores que hacen parte de la cadena de valor de la actividad edificadora y, además, promover con absoluto compromiso.
Los obstáculos que aún enfrentan las mujeres para una mayor participación y representatividad en la construcción, tales como la discriminación de género, los estereotipos culturales, y la falta de políticas de empleo flexibles y de formación continua, no son menores. Sin embargo, son desafíos que debemos enfrentar con determinación. La transformación del entorno laboral por uno que sea percibido como seguro y acogedor para las mujeres, especialmente en las obras, es fundamental para nuestro avance hacia una industria más inclusiva.
En ese camino toma valor “La ruta de formación y empleo para mujeres en el sector de la construcción”, iniciativa a la que hacen parte varios actores asociados al sector como Camacol, Usaid y Global Opportunity Youth Network - Goyn, que tiene como objetivo contribuir al desarrollo económico y mejoramiento de las condiciones de vida de mujeres jóvenes que ni estudien, ni trabajen o que se encuentren en empleos informales, mediante un proceso integral de formación para el trabajo que les permita adquirir las competencias técnicas y habilidades blandas necesarias para vincularse a un empleo en el sector de la construcción.
Aunque las cifras todavía no son lo que esperamos, la iniciativa logró inscribir a 2.991 mujeres, superando la meta inicial de orientar a 300 mujeres con un cumplimiento de 260%.
Se graduaron 228 mujeres en competencias técnicas y habilidades socioemocionales, superando la meta de 200 graduadas. De ellas, 23 mujeres de la primera cohorte y 21 de la segunda cohorte fueron empleadas en el sector, representando respectivamente 25% y 13% de las graduadas de cada cohorte.
Ese debe ser el propósito: fortalecer el sector como líder de inclusión en el mercado laboral, pero eso implica una serie de acciones concertadas. En el caso de Cusezar, apostamos por el desarrollo y la formación de competencias técnicas y blandas, no solo para equipar a las mujeres con las herramientas necesarias para su éxito, sino también para asegurar que su inclusión sea por mérito y contribución real al sector.
A nivel corporativo, la participación de la mujer en diferentes roles, particularmente en posiciones de liderazgo, sigue siendo un área de oportunidad para muchas empresas dentro del sector. Se trata de impulsar no solo la inclusión, sino también el desarrollo profesional de las mujeres, asegurando que su valor agregado sea reconocido y que su potencial de liderazgo sea plenamente aprovechado.
Por otro lado, la transformación digital presenta tanto oportunidades como desafíos para la equidad de género en la construcción. Es imperativo que, al incorporar nuevas tecnologías, se haga con un enfoque consciente hacia la inclusión y diversidad. Esto incluye desde la participación de mujeres en los equipos de transformación digital, hasta la formación y capacitación específica que asegure su plena integración y aprovechamiento de estas nuevas herramientas.
Es esencial que nos sumemos al propósito de edificar una equidad tangible, colaborando estrechamente con diversos actores de la industria y la sociedad, para asegurar que cada persona en Colombia, independientemente de su género, pueda aprovechar plenamente las oportunidades que brinda el sector de la construcción.