Colombia está emergiendo como actor importante en la industria global del aceite de palma, ocupa el cuarto lugar como productor después de Indonesia, Malasia y Tailandia. En 2023, Colombia alcanzó un hito al producir 1,84 millones de toneladas de aceite de palma crudo (CPO), el nivel de producción más alto en la historia del país.

Más allá de su contribución al PIB, la industria del aceite de palma es motor crucial para el desarrollo rural y el crecimiento económico. Emplea directamente a más de 170.000 personas, y cerca de 70% de los productores son pequeños agricultores. Estos pequeños productores son responsables de aproximadamente 45% de la producción total de CPO de Colombia, proporcionando medios de vida vitales a las comunidades rurales.

Sin embargo, un desafío inminente se avecina tanto para Colombia como para otros países productores de aceite de palma. El 30 de diciembre de 2024, entrará en vigor el Reglamento de la Unión Europea sobre la Deforestación (Eudr). El Eudr pretende prevenir la deforestación al imponer obligaciones a los pequeños productores, como la trazabilidad, la evaluación de riesgos, la información de geolocalización y las medidas de mitigación.

Indonesia y Malasia, como miembros fundadores del Consejo de Países Productores de Aceite de Palma (Cpopc), junto con Honduras como tercer miembro, trabajan para abordar el problema, entre otros, a través de negociaciones colectivas con la UE mediante un Grupo de Trabajo Conjunto sobre el Eudr y la capacitación para ayudar a los pequeños productores a adoptar prácticas sostenibles que mejoren la competitividad en el mercado internacional. El Cpopc lidera iniciativas conjuntas para promover el aceite de palma sostenible certificado para contrarrestar las narrativas negativas contra el producto.

El 18 de julio de este año, tuvimos el honor de facilitar diálogos entre el Secretario General del Cpopc y las partes interesadas del gobierno de Colombia, así como con Fedepalma. El Cpopc ha expresado su gran interés en que Colombia se una a la organización como miembro pleno después de seis años de ser observador. Con Indonesia y Malasia cubriendo actualmente la mayoría de los costos operativos de la organización, Colombia puede maximizar los beneficios de la organización con gastos mínimos.

Colombia se encuentra en una encrucijada en su camino con el aceite de palma. Necesita actuar para proteger a sus pequeños productores, que constituyen la mayoría de los productores de aceite de palma, ante la incertidumbre creada por el Eudr. Al unir fuerzas con otras naciones productoras de aceite de palma, Colombia no solo puede proteger sus intereses económicos, sino también contribuir al esfuerzo global para hacer que la producción de aceite de palma sea más sostenible y equitativa para todos los interesados.

*En colaboración con Fauzi Maulana Hakim, Tercer Secretario en la Embajada de la República de Indonesia en Bogotá