¿Qué tipo de talento humano formar para la Antioquia emergente?
martes, 9 de julio de 2024
Yuliana Osorio García
Sin duda hoy, estamos al frente de una gran oportunidad para el progreso de Antioquia, una gran promesa posibilista de capital económico, humano, social, cultural e intelectual. Esta idea de hacer de Antioquia una región económicamente ambidiestra, comercial, creativa e industrial suena formidable.
Reflexionemos entonces de ¿Qué tipo de talento necesitamos formar para esta nueva realidad?, ¿Qué nos exigen los nuevos retos a nivel global y local en términos de formación?, ¿Cómo debemos fortalecer y cultivar el talento que, en unas décadas, tomará decisiones? Hacernos estas preguntas nos siembra la pregunta del mañana, porque los futuros líderes no solo lidiarán con materia económica tangible e intangible, sino también con seres humanos.
Ejercerán un liderazgo que movilice talento o capital humano, y para esto es necesario un cultivo integral que nos prepare para los nuevos desafíos globales. Acá entran variables de tecnologías emergentes, inteligencia artificial, lenguajes globales como el inglés y el lenguaje computacional, nuevos tejidos empresariales, ecosistemas de emprendimiento y el cultivo intelectual, espiritual y físico.
Es necesario un cultivo integral para nuevos desafíos globales
Cuando analizamos bien, nos damos cuenta que vivimos en mundo interconectado y digitalizado, y hay que aprender lenguajes a veces ajenos, como el inglés y lenguaje computacional. En el inglés no solo nos facilita la comunicación con personas de otras culturas, sino que también abre las puertas al comercio, turismo y ciencia internacional.
De igual manera, el lenguaje computacional nos permite crear herramientas y recursos para la automatización, minería de datos, inteligencia artificial y comercios digitales. Al formar el talento en estas habilidades nos hará más versátiles, audaces, eficaces y capaces de liderar en un contexto global y digital. Un modelo notable de formación para lenguajes es Nodo, el centro de formación en nuevas tecnologías de la Universidad Eafit, que tiene como propósito desarrollar capacidades en personas y organizaciones, brindando soluciones a nuestros desafíos tecnológicos.
Hay que hablar también de cultivar la sensibilidad y la compasión hacia las tecnologías emergentes. Necesitamos cultivar un liderazgo que conecte con nuestras emociones y con la de los demás. Pensemos entonces, en tres pilares el intelecto, físicamente y la espiritualidad. El intelecto nos ayuda a analizar las ideologías, los conocimientos y la ciencia de manera amplia, y lo fortalecemos con la lectura, investigación y comprensión de diversas corrientes de pensamiento, adicional nos ayuda a adquirir habilidades necesarias para liderar en áreas como gerencia, contabilidad, economía y administración.
En lo físico no solo beneficia a nuestro cuerpo, sino también nuestra mente y nuestras capacidades para incidir más en la sociedad. Por su parte, el espíritu que nos conecta con nuestras emociones, pensamientos e ideologías para fortalecer el yo. Este enfoque nos hace más conscientes, críticos y compasivos a la hora de hablar de temas políticos con profundidad.
El emprendimiento y los tejidos empresariales también son importantes acá. Debemos impulsar estos campos genera una gran transferencia de conocimientos en tecnología, ciencia e innovación. Un ejemplo que destaco es el centro de emprendimiento de impacto Ongoing de Eafit, que apuesta por fortalecer ecosistemas empresariales y, a su vez, el nuevo tejido empresarial. También, hablar de exportaciones, descubrir nuevos mercados globales y digitales, que nos ayuden a tener un portafolio amplio para nuestra economía.
Para seguir con esta idea se necesita formar el talento humano que necesita la Antioquia ambidiestra. Debemos, como región, seguir abriendo e incidiendo en nuevas oportunidades y centros de formación humano y técnico, en colaboración con el sector privado y público. No es solo tarea de las universidades e instituciones educativas, sino también del sector privado y público.
Es fundamental que también, como región, adoptemos una mentalidad formada e informada para evitar las desdichas ideológicas del presente y avanzar de manera tenaz hacia un futuro posibilista, como lo propone un poco esta coalición pionera “dejamos atrás la ´fracasomanía´, un cambio fundamental en nuestra mentalidad colectiva”.