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Bioestimulación en plantas mejora calidad

Merian Araujo

Gracias a los mejoramientos que se pueden conseguir en temas como el rendimiento, sabor, olor y tamaño de los frutos, la bioestimulación en las plantas es una de las prácticas más optadas por los agricultores que buscan mejores niveles y calidad de producción en sus cultivos.

Y es precisamente por lo concurrente de estas aplicaciones, que se debe tener particular cuidado sobre cómo se aplican los nutrientes, en qué casos hacerlo y en qué dosis, porque si se llegan a proporcionar grandes cantidades, puede resultar perjudicial para la vida de la planta.

Para ello, por un lado, diferentes compañías en el mercado se han especializado en desarrollar tecnologías físicas o químicas para bioestimular o bioaumentar desde las raíces. Estas prácticas pueden ser aplicadas a los suelos o a través de riegos que tiene un efecto directo en el desarrollo celular.

En ese sentido, como explica César Guzmán, ingeniero agrónomo de Monómeros, se consigue un mejor resultado cuando se suministran algunos nutrientes en particular. Dentro de estos, se destacan el grupo de macronutrientes que se deben suministrar en mayores cantidades, como el Nitrógeno, Fósforo, Potasio, Calcio, Magnesio y Azufre.

Beneficios
Al aplicar en mayores dosis estos nutrientes -que deben ser determinadas luego de un estudio a los suelos o de los tejidos foliares de la planta para identificar la deficiencia- se logra estimular el proceso de germinación de la semilla, hay un mejor desarrollo del sistema radicular, se acelera la formación y crecimiento de hojas, se reducen el efecto del estrés y se logra estimular y favorecer la absorción de nutrientes.

“Principalmente, la bioestimulación también permite acelerar los procesos de desarrollo, y se benefician temas como el volumen de la fruta o los colores de las hojas”, agregó Fabio Martínez, ingeniero agrónomo.

Beneficios obtenidos en la productividad
Pese a que los niveles de producción de los cultivos no pueden ser aumentados a través del aumento de los macronutrientes en la planta, sí hay otros beneficios que los agricultores pueden conseguir con estas prácticas. Entre estos, están temas como el aumento del tamaño de los frutos y la uniformidad de éstos. A su vez, con un buen suministro de los nutrientes, se logran que las frutas estén libres de pigmentaciones, que, por ejemplo, para el caso de los mangos y bananos, entre mayor sea su pureza, más demandados serán por el mercado.

César Guzmán
Ingeniero Agrónomo

“En el proceso de nutrición, el suelo debe estar húmero, para que entren en la planta de forma natural”.