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Cuando en el embrión está su fortuna

Ximena Ramírez

Pecado de Yerbabuena, Dulcinea, Promesa, Silueta de Rancho Alegre, Encanto de La Alambra y Diamante del Balón, quizá no  le suenen familiar, pero esos nombres que parecen de telenovela los ostentan las máximas multiplicadoras de genética del sector equino nacional. 

La transferencia embrionaria en la yegua es una de las técnicas de reproducción asistida más  utilizada en el mundo y actualmente representa alrededor de 50% de los ingresos de los  criaderos de caballos del país. Un embrión de cualquiera de estas reconocidas donadoras puede llegar a costar hasta $90 millones. 

Y es que a estas yeguas las unen tres características indispensables a la hora de entrar a un programa de transferencia embrionaria equina: excelentes condiciones genéticas, es decir sus antecesores (abuelo, abuela, padre y madre) han sido ejemplares destacados por su calidad genética,  pedigree, sobresalientes condiciones organolépticas y están probadas como madres de equinos de alta calidad, muchos de ellos triunfando actualmente en las pistas equinas del país. 

¿En qué consiste la transferencia embrionaria? Lo primero que hay que saber es que aunque las donadoras son las que se llevan los aplausos en las exposiciones equinas, en este proceso también intervienen las yeguas receptoras, es decir los animales que alquilan el vientre y que  se encargan de todo el proceso de gestación. 

Según explica el médico veterinario y especialista de reproducción equina de Embryotransfer, Gabriel Jaime Toro, la práctica veterinaria, que tiene un costo de $5 millones, se basa en tomar el embrión de una yegua (donadora) y transportarlo a la matriz de otra yegua (receptora) para que se desarrolle en ésta. Con esto se logra la obtención de un mayor número de cría por año y por yegua. “De 5 a 6 crías”, aseguró Toro.

La técnica comienza con la preparación de la yegua donante que contempla un  examen completo de evaluación reproductiva  para saber si es apta para ser usada en un programa de transferencia embrionaria. Si se identifican en el examen anormalidades que necesitan tratamiento como, por ejemplo, enfermedades como endometritis bacteriana, deben ser tratadas por un médico veterinario antes de utilizar a la yegua para dicho procedimiento. El manejo de la donante incluye el recelo para monitorear la conducta reproductiva, la palpación rectal y ultrasonografía para monitorear la actividad folicular durante el ciclo estral. Durante el celo, la donante es examinada diariamente para evaluar el crecimiento folicular que permite saber el momento óptimo de la inseminación con semen.

La preparación de la receptora es quizá el aspecto más importante para el éxito de una transferencia embrionaria. El ejemplar debe estar en el mismo ciclo estral de la  yegua receptora. La sincronización de la ovulación entre los equinos tiene un intervalo de 1 a 3 días. 

Cabe anotar que las yeguas receptoras deben estar en excelentes condiciones físicas,  tener ciclos menstruales normales, y estar libres de anormalidades uterinas para garantizar el éxito de la gestación.

Monta del caballo criollo colombiano
Para el caso del Caballo Criollo Colombiano, una buena monta es clave en la transmisión de la genética de los reproductores, cuando éstos son ejemplares con amplios reconocimientos y premios en pistas en los cuatro andares: paso fino, trocha y galope, trocha pura y trote y galope, según expertos consultados, el precio de la monta puede oscilar entre los $500.000 y $10 millones. Estos costos aplican tanto para la monta directa o por inseminación artificial. Esta última técnica viene ganando terreno en el mercado local. 

La opinión

Raúl Erazo
Criadero La Carolina de Los Mellos
“Cuando se cuenta con yeguas comprobadas como buenas reproductoras, se vuelve un buen negocio la venta de embriones”.