Desde chirimoyas hasta cajeros automáticos
sábado, 4 de mayo de 2013
María Claudia Lacouture
Nuevos productos colombianos llegaron por primera vez a los hogares estadounidenses desde mayo de 2012: la chirimoya llegó a Miami, el maracuyá a Nueva Jersey, el azúcar de remolacha a Nueva York, los gatos hidráulicos a Kenosha y las máquinas de coser a Lavergne. Son una pequeña muestra de los negocios hechos por las empresas locales luego de la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
Hacen parte de los 187 nuevos productos que llegaron a ese país y demuestran la oferta novedosa y variada que tiene Colombia. Cajeros automáticos, lavaderos de acero inoxidable, llantas para carro de turismo, granadillas y fórmulas no lácteas para niños menores de un año están en esta lista que también conforman los 1.886 productos no mineros y sin café exportados hacia ese destino entre mayo de 2012 y febrero de 2013.
El aumento de las exportaciones no tradicionales hacia Estados Unidos deja claro que se trata de un mercado inagotable de oportunidades y que el TLC, a punto de cumplir su primer aniversario, es una herramienta importante para aprovecharlas.
Si analizamos lo ocurrido desde mayo del año anterior se puede concluir que se avanza en la diversificación de los destinos de exportación: en Proexport hemos identificado por lo menos 44 ciudades de 23 estados que tras la vigencia del TLC importaron productos que no le compraban a Colombia. Es el caso de calcetines en Alameda, cosméticos en Culver City, envases y empaques en Beverly Hills, autopartes en Bristol y Columbus, o construcciones prefabricadas en Athens.
El TLC ayudó a aumentar el interés de los importadores por la oferta de los proveedores nacionales. Saben que los beneficios de Tratado van más allá del bajo o cero arancel: el comprador hoy tiene la tranquilidad de adquirir y tener disponibles productos en el largo plazo y con precios estables, una situación que beneficia al empresario nacional que ahora puede darle a su oferta un mejor juego en el mercado y diseñar estrategias de promoción más estables en el tiempo.
Este interés y confianza del empresario estadounidense, motivados por el TLC, ha ayudado a dinamizar sectores que sabemos en el pasado tenían inconvenientes para exportar, como el de textiles y confección, que entre mayo de 2012 y febrero de 2013 ha venido recuperándose con un crecimiento del 3,9%.
El aumento del 110% de las ventas de vestidos de baño en ese periodo -que pasaron de US$2,4 millones a US$4,7 millones- o del 28,3% de la ropa para moldear el cuerpo - que pasó de US$4,3 millones a US$5,6 millones- son ejemplos no sólo de los buenos resultados para esta industria, sino de las oportunidades que tiene para seguir creciendo en Estados Unidos.
Autopartes aumentó sus exportaciones y además concentra el mayor número de nuevas empresas exportadoras hacia ese destino luego del TLC. De las 775 que le vendieron por primera vez al país norteamericano, 337 lo hicieron con partes para vehículos.
Estados Unidos también le compró por primera vez a Colombia ladrillos de cerámica. Es un buen ejemplo del crecimiento del 14,4% que también registró el sector de materiales de construcción en este periodo y que refuerza las oportunidades que hemos identificado en este mercado que cada día demanda más de estos productos.
Las oportunidades también se registraron en el sector metalmecánico que exportó 45 nuevos productos y cuyas exportaciones totales crecieron 7,1%. La mayoría pertenece a la maquinaria industrial, como equipos para envolver mercancías, entre otros especializados para la producción de textiles.
Para hablar del sector acuícola y pesquero es importante destacar el crecimiento de las exportaciones de filetes de pescado y de crustáceos y moluscos. Cobia fue uno de los productos que también debutó en el mercado de nuestro primer socio comercial.
Este primer año del TLC nos muestra un escenario positivo y prometedor para las empresas colombianas que tienen más que nunca las mejores opciones para llegar al mercado de un gigante.