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Dos bandos por una vitrina política

Paula Medina

Los intereses detrás de la Cámara de Comercio de Barranquilla son muy grandes. Por eso en este contexto son muchas las acusaciones que van y vienen desde ambos lados. Y aunque los que han estado en el ojo del huracán en los últimos meses han sido las personas elegidas en las elecciones del 5 de julio, también han salido acusaciones contra la Fundación Mario Santo Domingo.

Según una publicación del pasado jueves por parte del periódico El Heraldo de Barranquilla, durante varios años la Fundación Mario Santo Domingo pagó las afiliaciones de cientos de microempresarios que después votaron en los comicios. 
“La Fundación comenzó una carrera contra el tiempo para renovar tanto matrículas como afiliaciones de algo más de 400 personas. [...] Realizó su masivo proceso entre el 17 y el 30 de marzo de 2012, siendo más evidente en los últimos días del mes”, señala la publicación.
Según señaló Pablo Gabriel Obregón, director de la Fundación, esta “ha financiado la matricula de todos los microempresarios que le solicitan un crédito para cumplir con esa obligación legal y además  ha subsidiado a aquellos que desean afiliarse. Los matriculados son muchos mas que los afiliados y, de estos últimos, casi la mitad no participó en las elecciones del año 2012”.
Fuentes en la capital del Atlántico señalaron a LR que la pelea no es nueva y que aspectos como el acceso privilegiado a información comercial por parte de los miembros de la junta hace de la Cámara un objetivo muy atractivo, pues una de las instancias con las que el Gobierno Nacional socializa sus proyectos son las Cámaras de Comercio.
La entidad, en una ciudad como Barranquilla, tambien sirve de vitrina o plataforma política para que sus miembros no solo se den a conocer entre altas esferas del empresariado sino también entre posibles electores de la ciudad e incluso de la región del Atlántico.
Por otra parte, el Superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo, señaló que “se quiere tener un protagonismo en Barranquilla para patrocinar campañas políticas a alcaldía o gobernación. Y también la ciudad, donde es socia la Cámara de Comercio, va a empezar a construir proyectos importantes como el Centro de Eventos y Exposiciones del Caribe, que vale $220.000 millones”.
Esta pugna por el control de las Cámaras de Comercio no es caso aislado en Barranquilla. Creación de empresas de papel, manejo de votos y manipulación de las juntas directivas son prácticas repetidas en la mayoría de las entidades de la misma naturaleza.