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Razones de la exitosa proyección turca

Mauricio Jaramillo Quijano

Turquía se perfila como una potencia intermedia apoyada en dos elementos concretos. La coyuntura regional-global y la vocación política preconizada desde hace casi un siglo que ha dotado al régimen de una coherencia necesaria para abrirse al mundo con éxito.

En medio de este contexto, en 2009 irrumpió el término de los Civets para denominar a Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Suráfrica como economías emergentes con posibilidades concretas y prometedoras de desarrollo. Las oportunidades que se derivan de la situación turca son mayores que los riesgos. Este hecho no debe pasar inadvertido en Colombia, que, en efecto, ha comenzado a fortalecer sus vínculos con Ankara. En 2011 se eliminó la restricción del visado y se anunció un TLC para los años venideros. Este tratado ya pasa por su sexta ronda de negociaciones lo que testimonia su carácter de inminencia. Por ende y en aras de obtener el mayor provecho de la proyección turca, Colombia debe trabajar en dos aspectos: seguir mejorando sus niveles de competitividad, sobre todo en infraestructura como lo ha hecho Turquía. Y debe, a su vez, promocionar entre los diferentes sectores de la sociedad el conocimiento político y cultural de esta nación asiática-europea aún desconocida para la gran mayoría de los colombianos. Este conocimiento acerca a Colombia a una realidad anhelada desde hace varias décadas: una nación con pensamiento estratégico global, luego de décadas de rezago.

Con respecto a la coyuntura, se deben destacar dos hechos que han favorecido la proyección de Turquía: los levantamientos políticos en el Medio Oriente y la crisis financiera europea. A ello se debe sumar una vocación de la que se ha dotado Turquía desde hace varios años. Esto le ha permitido encontrar un balance entre sus relaciones con Occidente valiéndose de un modelo moderno- laico y con Oriente apoyándose en su condición musulmana y su relevante posición geográfica.

En cuanto a lo coyuntural, la Primavera Árabe ha favorecido los intereses de Turquía en la región y en el mundo. Desde hace varias décadas los intentos por liderar la región por parte de algunos Estados árabes fueron numerosos. A pesar de que dichos proyectos parecían ser viables, uno a uno fueron colapsando. De manera tal que los modelos políticos que mejor han sobrevivido a las convulsiones son: Irán y Turquía (no-árabes). Con toda esta cadena de hechos en el mundo árabe, Ankara puede ufanarse de una tradición política a prueba de crisis, a diferencia de la gran mayoría de sus vecinos.

De igual forma, el debacle financiero en Europa parece haber convencido al gobierno turco sobre la poca utilidad que le hubiese representado hacer parte del bloque europeo. Las reformas emprendidas al sistema político-legal, especialmente con respecto al código penal dieron cuenta de un Estado turco suficientemente flexible para adaptarse a los valores que se promueven desde la Unión Europea. Paradójicamente, la dilación indefinida de la adhesión turca terminó por afectar más la imagen de la UE, que la de Ankara. Es más, desde hace algunos años, la mayoría de la población turca prefiere estar al margen del proyecto europeo (en 2009 apenas el 35% de los turcos se mostraba favorable al ingreso a la Unión).

Finalmente, el talante turco definido por la idea de modernidad, apertura y conservación de valores tradicionales como el Islam, ha hecho de Turquía uno de los Estados con mayor proyección. Es indudable que la cohabitación entre movimientos políticos de corte musulmán y un partido político laico es muestra de madurez democrática y de consolidación estatal. A su vez, esto ha venido acompañado de un desempeño económico notable.

Crecimiento de más de 8% en los últimos dos años
En los dos últimos años el crecimiento económico de Turquía ha sido superior al 8% y sus niveles de deuda pública son bajos. Una situación que contrasta profundamente con sus vecinos europeos, que con excepción de Polonia, han visto sus economías duramente afectadas por la recesión global y el desastre financiero europeo. Es por eso que este país tiene un futuro promisorio en la economía mundial.