En defensa del libro original

Desde el pasado mes de julio, la Cámara Colombiana del Libro viene adelantando una campaña en contra de la piratería de libros, una iniciativa que busca promover entre los ciudadanos la protección del derecho de autor, como un hecho fundamental en el desarrollo sostenible de la nación.

El mercado del libro en Colombia es de $1 billón anuales, a precio de venta al público y la piratería representa 20% de ese mercado. Es decir, la industria editorial pierde cada año $198.000 millones, de los cuales $57.113 millones corresponden a libros de interés general (novela, poesía y cuento), $36.806 millones a textos escolares y $97.092 millones a libros profesionales y universitarios.

El impacto negativo que genera la piratería de libros en la industria editorial colombiana es ostensible. Y es que la afectación de la piratería en al ámbito editorial es cada vez más visible en este sector que genera alrededor de 6.000 empleos directos e indirectos. Editores, distribuidores y libreros luchan a diario para frenar este flagelo latente en el territorio nacional.

Con esta iniciativa enmarcada en la campaña ‘Apoyo a mis autores. Solo compro libros originales. No piratería’, editores, distribuidores, libreros y todos los actores que conformamos la cadena del libro en el país, le hacemos un llamado a la ciudadanía para que apoyen a los creadores adquiriendo solo libros originales. El problema de la ilegalidad en nuestro país no solo tiene implicaciones económicas, es también un problema social. Porque, ¿qué valores le estamos transmitiendo a nuestros estudiantes cuando permitimos el uso de material pirata en las aulas de clase?

Comprar y leer libros piratas es también un acto de corrupción que afecta directamente a los creadores y a todos lo que hacen parte de la cadena. Nuestro deber como ciudadanos es proteger el derecho de autor. Debemos proteger a los creadores.

Colombia cuenta con una robusta red de bibliotecas públicas, escolares y universitarias; una red de librerías y de espacios de formación y promoción del libro: en 2019 se realizaron 17 ferias regionales del libro en distintas zonas del país, es decir, existe una infraestructura legal que soporta la circulación del libro para que efectivamente lleguen a manos de los lectores.

En el caso de los textos escolares, los libros originales cuentan con las plataformas digitales que requieren los estudiantes para garantizar el éxito en sus estudios, pues además de recibir la formación en el aula de clases, pueden complementarla fuera de ella y los libros piratas, claramente, no cuentan con esas plataformas.

El sector editorial colombiano ha sobreaguado en las difíciles coyunturas económicas recientes, por eso seguimos trabajando para que las condiciones de la producción editorial en nuestro país mantengan su ritmo de crecimiento y circule ampliamente.

Las cifras son alentadoras, en 2018 la edición comercial en Colombia creció 2,5%. Sin embargo, debemos seguir trabajando para que los libros lleguen a las manos de más lectores en todo el territorio nacional. Desde la Cámara Colombiana del Libro creemos firmemente que el libro y la lectura son las mejores herramientas para formar ciudadanos con criterio, con las habilidades necesarias para asumir los retos y transformar la sociedad.