IA vs. Google: el poder de decidir qué y cómo compramos
viernes, 3 de octubre de 2025
José Guillermo Parada Logreira
En 2025, casi la mitad de los colombianos conectados a internet ya ha interactuado con herramientas de inteligencia artificial (IA) para resolver tareas cotidianas. Comprar, reservar o comparar precios dejó de ser un asunto de clics y ahora se hace conversando con un robot. Ese giro, que hasta hace poco parecía futurista, marca una mutación en la manera en que las personas consumen y está empezando a transformar el comercio digital del país, con un cambio de hábitos que está teniendo repercusiones económicas de gran alcance.
De acuerdo con el Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (CINTEL), este año el 48 % de los usuarios de internet en el país ya ha usado alguna aplicación de IA. La cifra contrasta con el registro del DANE en 2024, cuando apenas el 18 % de los internautas declaró emplearlas (20,4 % en zonas urbanas frente a 8,1 % en áreas rurales). El salto es evidente y no se limita a la curiosidad de probar un chatbot, pues cada vez más ciudadanos están confiando en asistentes digitales para recomendar restaurantes, gestionar reservas o elegir productos dentro de un rango de precios.
Este cambio ocurre en un ecosistema de gran escala: Colombia cuenta hoy con 41,1 millones de usuarios de internet, equivalentes al 77,3 % de la población, y más de 49,1 millones de accesos móviles, que representan cerca del 92 % de cobertura, según MinTIC. En paralelo, de acuerdo con la CCCE, el e-Commerce se consolida como motor de la economía. Solo en 2024 las ventas digitales superaron los $105 billones y en el primer trimestre de 2025 (cifra oficial más vigente) alcanzaron $27,3 billones, con 131,6 millones de transacciones.
Estas cifras confirman que este mercado ya es un pilar de la economía nacional y abren una gran incógnita: ¿cómo se redistribuirán esos flujos cuando el consumidor deje de navegar por Google y empiece a delegar sus decisiones de compra en un asistente de inteligencia artificial, como de hecho ya está pasando? El dato no es menor: la cuota global de mercado del buscador cayó por debajo del 90 % en 2024 por primera vez en una década, y en apenas seis meses de 2025 el porcentaje de consultas hechas directamente en este motor pasó de 73 % a 66,9 %, mientras el uso diario de herramientas de IA se duplicó.
Entre la conveniencia y el riesgo: el futuro de comprar con IA
El impacto es directo en tres frentes.
1. Publicidad digital: los clics y banners están perdiendo fuerza, el negocio se traslada a comisiones y presencia en asistentes inteligentes.
2. Competencia empresarial: no bastará con estar en la web, las marcas deberán integrarse con APIs y catálogos de IA para seguir visibles.
3. Personalización: los asistentes afinan recomendaciones a cada perfil, llevando la segmentación a otro nivel.
Para el ciudadano común, la IA significa conveniencia: desde listas de supermercado automatizadas hasta reservas y recomendaciones personalizadas. Sin embargo, también plantea riesgos como la exposición de datos sensibles y la concentración de mercado, que amenaza con dejar fuera a las pequeñas empresas que no logren integrarse a tiempo. Como en la película Her, protagonizada por Joaquin Phoenix en 2013, la frontera entre lo útil y lo dependiente se vuelve difusa: cuanto más delegamos en la IA, más poder le damos para moldear nuestras decisiones.
En conclusión, Colombia debe anticipar una regulación que garantice transparencia y competencia justa, o la conveniencia de la inteligencia artificial se volverá un filtro excluyente donde pocos controlen las decisiones de millones de consumidores.