La fuerza de la industria del anime en plataformas streaming genera US$31,6 millones

Lo que durante décadas fue considerado un gusto de nicho, hoy es parte esencial del entretenimiento global. El anime se ha convertido en una fuerza dominante dentro de la industria cultural contemporánea.

Desde clásicos como Akira, Dragon Ball y Ranma ½ hasta fenómenos actuales como Attack on Titan o One Piece, demuestran que el recorrido del anime ha sido una constante expansión hacia nuevos públicos.

Según Parrot Analytics, el impacto económico del anime también ha incrementado, entre 2019 y 2024 la demanda de anime en plataformas de streaming en Estados Unidos aumentó 176%. Durante ese mismo periodo, la cantidad de títulos disponibles se triplicó, y la industria japonesa de animación ahora genera ingresos anuales estimados en US$31,6 millones.

La batalla entre plataformas de streaming por ofrecer más contenido anime también ha entrado en el panorama. Netflix ha apostado fuerte, no solo licenciando títulos populares como Naruto, Death Note o Kimetsu no Yaiba, sino también con adaptaciones en acción real como la de One Piece, que se convirtió en uno de sus lanzamientos más exitosos.

Por su parte, Hulu, en Estados Unidos, y Prime Video en otros países como España, compiten con un catálogo igualmente robusto. A esto se suman los servicios especializados como Crunchyroll, que pasó de ser una web pirata a convertirse en una de las plataformas más relevantes del sector, ahora bajo el control de Sony, con más de 120 millones de usuarios.

Además, han surgido otros espacios dedicados exclusivamente al anime, como HiDive, RetroCrush y canales Fast que emiten programación continua de títulos como Detective Conan o Pokémon.

Sin embargo, según el estudio, solo Netflix concentra 38% de los ingresos internacionales del anime, lo que refleja un intercambio comercial y cultural cada vez más sólido. Al mismo tiempo, la plataforma ha encontrado en estas producciones una fuente constante de engagement y fidelización de audiencias jóvenes.

En este contexto, el anime ha dejado de ser una tendencia pasajera para consolidarse como parte integral del panorama cultural actual. Así como El juego del calamar redefinió el éxito global de las series coreanas, títulos japoneses siguen marcando hitos que ya no sorprenden por su magnitud.