Académicos e investigadores que se proyectan para el premio Nobel de Economía
sábado, 8 de octubre de 2022
Este lunes se entrega el galardón de ciencias Económicas. Como es habitual, Clarivate Analytics perfiló los nombres de los estudiosos más opcionados
El lunes se entregará el Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel, o como mundialmente se conoce: el Nobel de Economía.
Alfred Nobel en realidad nunca instituyó un premio en economía. Desde 1901, momento en el cual empezaron a entregarse los reconocimientos, el galardón económico estuvo ausente. Solo hasta 1968 el Banco de Suecia decidió crear el premio de la categoría en memoria al inventor sueco, incluso fue hasta 72 años después de su muerte.
El año pasado los ganadores fueron Guido Imbens y Joshua Angrist, ambos por sus contribuciones metodológicas al análisis de las relaciones causales; y David Card por sus aportes empíricos a la economía del trabajo.
Este año las luces están sobre ocho economistas: Daron Acemoglu, James A. Robinson, Simón Johnson, Richard A. Easterlin, Richard Layard, Andrew J. Oswald, Samuel Bowles y Herbert Gintis, esto, según Clarivate Analytics, una empresa que posee y opera una colección de servicios enfocados principalmente al análisis de datos, incluyendo la investigación científica.
Para seleccionar a los candidatos, los analistas se centran en los datos de Web of Science, un recurso en línea que refleja los contenidos indexados de más de 34.000 revistas científicas y otro materiales de origen.
“Nos causa particular interés los autores de artículos muy citados”, dicen en la página. “Los artículos citados más de 1.000 veces son rarezas”, añadieron.
Daron Acemoglu
Es profesor de instituto en el MIT y miembro electo de la Academia Nacional de Ciencias, la Sociedad Filosófica Estadounidense y la Academia Británica de Ciencias. Este investigador se ha dedicado a encontrar la receta para salir del subdesarrollo. No obstante, se alejan de la premisa de la que parten muchos economistas que atribuyen a la brecha entre ricos y pobres, factores culturales, geográficos o educativos.
Aseguró que la brecha comienza en la formación de las instituciones que cada país construyó y que determinaron la senda del desarrollo de cada sociedad. De hecho, varios ganadores del Premio Nobel de Economía vieron en su investigación un enfoque moderno para un viejo problema económico: la desigualdad global.
James A. Robinson
El estadounidense politólogo, economista y catedrático en la Universidad de Chicago ha dado de qué hablar en el último año por sus investigaciones en el área de desigualdad en América Latina.
Aseguró que las brechas de desigualdad en esta región se intensificaron por la pandemia de covid-19. Es coautor del libro “¿Por qué fracasan los países? Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza, en el cual resume su investigación.
Simon Johnson
Fue Consejero Económico y Director del Departamento de Estudios del FMI desde Marzo de 2007 hasta Agosto de 2008; durante este periodo estuvo con licencia de la Escuela de Administración Sloan de MIT, donde dictaba la cátedra Ronald A. Kurtz de capacidad empresarial. Su pasión son los asuntos financieros y la crisis económica. De hecho, en lo últimos 20 años ha trabajado en la prevención y atenuación de crisis.
De igual forma, se ha cuestionado el crecimiento económico en países avanzados, en desarrollo y de mercados emergentes. Y sus estudios se centran en las medidas que pueden tomar las autoridades para limitar el impacto de shocks desfavorables y administrar los riesgos que corren sus países.
Richard A. Easterlin
Es el creador de ‘La paradoja Easterlin’ que plantea la idea de que los países que tienen habitantes con mayores niveles de ingresos, no son los más felices. Y los países con menores ingresos, no son los más infelices.
Se preguntó si las personas que llegan a ciertos niveles de ingresos, ven limitada su capacidad para ser felices.
Las bases de su propuesta están fundamentadas en una teoría de Karl Marx que aseguró que si una persona tiene una casa que le permite atender sus necesidades, puede estar satisfecho y feliz. Pero, si alguien construye un palacio, comenzará a sentir que su casa no es suficiente.
Richard Layard
Intenta responder ¿Qué hace feliz a un empleado en el trabajo?. Aseguró que es el sentido de pertenencia, conexiones sociales y un propósito o significado. Tera Allas, directora de investigación y economía del McKinsey Center for Government, le pregunta a Layard qué papel pueden tener los empleadores para mejorar la vida de sus trabajadores. Él responde: “Si observa lo que sabemos sobre las causas de que las personas estén satisfechas con sus vidas, la salud mental se convierte en la más importante. La calidad de tu relación, si te llevas bien con tus colegas, la calidad de tu comunidad, ¿te sientes seguro? ¿sientes que es amable? y, por supuesto, su salud física”.
Andrew J. Oswald
Es un investigador que ayudó a crear el concepto de la economía de la felicidad, un término con un crecimiento acelerado dentro de las ciencias sociales.
Oswald ha trabajado en siete áreas: sindicatos, contratos laborales, la curva salarial, emprendimiento, vivienda propia y desempleo, las consecuencias de los altos precios del petróleo y la economía de la felicidad y la salud mental.
Samuel Bowles
Aseguró que las fallas del mercado son solo excepciones, no la regla, y que la acción colectiva tanto de los Estados como de otros órganos no estatales está motivada por el interés propio de los actores.
Además, en sus últimas investigaciones señaló distintas herramientas para quienes toman decisiones referentes a las políticas públicas. El autor se preguntó acerca de qué es lo que se valora más al tomar decisiones.
Herbert Gintis
Es un científico del comportamiento. Es un reconocido en el campo de la economía por sus ideas sobre el altruismo, la cooperación y la teoría del juego epistémicos. Gintis recibió su licenciatura en Matemáticas de la Universidad de Pensilvania en 1961. Al año siguiente, recibió una maestría en Matemáticas por la Universidad de Harvard.