Así funcionarán algunos de los nuevos impuestos verdes que trae la reforma tributaria

Una de las novedades que trae la reforma tributaria son los denominados impuestos verdes, que incluyen la creación de al menos tres nuevos tributos y la modificación del ya existente al carbono.

Sobre este último, se propone gravar el carbón térmico dentro del impuesto al carbono. Sobre el gas, en cambio, se establece que serán sujeto pasivo del impuesto quienes lo adquieran, el productor y el importador, cuando realice el retiro para consumo propio.

“En la actualidad, el impuesto al carbono para el gas se causa en la venta a la industria de la refinación de hidrocarburos y la petroquímica. Con la reforma se ampliaría a la compra de gas en general”, explicó el abogado de OGE, Hembert Suárez.

Esto, sumado al gravamen al carbón, implicará un alza en los precios de generación de energía que, según han dicho los gremios, llevará a un alza en las tarifas para los usuarios de hasta $18/kWh.

“Es una propuesta antitécnica que grava el consumo de carbón y no las emisiones generadas en la combustión, lo que para nada contribuye a las metas de cambio climático”, dijo el presidente de Fenalcarbón, Carlos Cante.

Esta medida, para el carbón y para el gas natural y GLP usados para generación de energía, se empezará a aplicar de manera gradual hasta 2028. Además, se establece que puede no causarse si se certifica neutralidad de carbono.

Por otra parte, entre los nuevos impuestos verdes que se crearán está el del consumo de plaguicidas, con una tarifa de 8%, y el de los plásticos de un solo uso para envasar, embalar o empacar bienes, que se pagará por gramo del empaque y podrá no causarse cuando se presente la Certificación de Economía Circular (CEC).

“La propuesta realmente grava a los productos empacados o envasados en plásticos, entre los que se incluyen: arroz, café, granos, azúcar, leche, queso, bebidas, galletas, snacks, papel higiénico, productos de limpieza, elementos de aseo y tocador, entre otros”, dijo el presidente de Acoplásticos, Daniel Mitchell.

Esto, agregó, se traducirá en la práctica en un aumento en los precios de los productos de la canasta básica. “La tarifa del impuesto es alta, puede incluso significar hasta 50% del valor del empaque y hasta 5% del valor de producto final”, resaltó Mitchell.

Además, la reforma también trae un impuesto nacional a los vehículos, que sustituya el de vehículos automotores y el de circulación y tránsito o rodamiento de vehículos de servicio público.

Este tributo tendría dos componentes: el valor comercial, y una tarifa por contaminación. En esta se multiplicaría el valor comercial en UVT por la tarifa de contaminación, tasada en 1,5 UVT (cerca de $55.000).

La medida, explicó el presidente de Andemos, Oliverio García, es bien intencionada pero mal formulada, porque no desestimula la tenencia de carros viejos, que son los que más contaminan.