Así impacta a los sectores avícola y porcino el maíz importado de Estados Unidos

Los eventuales aranceles que Estados Unidos podría imponer a las exportaciones colombianas no serían el único factor que afectaría al sector agropecuario nacional. Una posible medida de respuesta por parte de Colombia también tendría un impacto directo sobre las importaciones de maíz.

De hecho, según Analdex, el maíz duro amarillo, con un crecimiento de 44,2% en sus importaciones desde EE.UU. durante 2024, alcanzó una participación de 8,08% dentro del total importado desde ese país.

Este alimento tiene un impacto directo también en otros sectores del agro como el porcino y avícola.

Los principales tipos de maíz que se consumen son amarillo y blanco, y el primero se usa principalmente para alimentación animal (en forma directa y en alimentos balanceados) en 70%, por lo que afecta toda la cadena de consumo en el agro.

Según cifras de la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales, Leguminosas y Soya, Fenalce, para 2024, 88% del maíz que se consumió a nivel nacional fue importado, el restante 15% fue producción nacional.

Se importaron 6,44 millones de toneladas de maíz amarillo, provenientes en su mayoría de Estados Unidos y tan solo este año se importó maíz amarillo y blanco, solamente de este país.

Sin la llegada del maíz norteamericano, algunos sectores se quedarían sin ese insumo, pues los demás países de los que se importa no podrían suplir la demanda. Datos de Analdex revelaron que el resto de las importaciones de este grano provienen en segundo lugar de Ecuador con un valor CIF de apenas US$21.646 en 2024, seguido de Argentina con US$13.922 y, finalmente, Brasil con US$7.310 a cierre del año pasado, muy lejos de Estados Unidos de donde se importan US$1.522 millones.

Por ejemplo, en el sector porcino, según afirmó Jeffrey Fajardo, presidente ejecutivo PorkColombia, se usan cerca de 9 millones de los 10 que se importan para la producción en la industria porcícola y en la industria avícola. Por ende, sin el mercado de EE.UU., “sería imposible suplir esas toneladas para la producción de proteína de pollo, huevo y cerdo de otro mercado, como hipotéticamente podría llegar a ser de Brasil o de Argentina”.

Por ende, dejar de importar el grano, no solo dejaría sin insumos al sector, sino que resultaría en un impacto inflacionario y en la pérdida de competitividad del sector.

Además, Fajardo resaltó que en el caso de porcicultura preocupa más que se llegara a cobrar un arancel en las importaciones de maíz y soya provenientes de Estados Unidos, y “no se hiciera una medida espejo para las importaciones de carne de cerdo provenientes de EE.UU. Quedaríamos en una condición absolutamente desventajosa y de quiebra, porque se estaría importando carne de cerdo estadounidense, libre arancel, y, a su vez, la materia prima quedaría grabada con aranceles”.

Asimismo, el sector avícola se vería impactado toda vez que su cadena de suministro de alimentos balanceados enfrentaría escasez de materia prima, lo que generaría presión sobre los precios y una mayor competencia por el grano local, esto se vería reflejado en los precios de venta al consumidor final.

En contraparte, hay otros sectores que no se verían tan golpeados. Óscar Cubillos, de la oficina de Estudios Económicos de Fedegán, señaló que el maíz se utiliza en el sector bovino principalmente para elaborar balanceados y suplementos concentrados que se emplean sobre todo en la producción lechera especializada, y no es muy utilizado en doble propósito, por lo que, si bien podría subirse el precio de los balanceados y suplementos que se necesitan, “no sería un sector tan afectado como si serían afectados los pollos y los porcinos, porque parte de la alimentación de los bovinos son pastos o especies arbóreas. Nosotros tendríamos la facilidad de mejorar pasturas y ofertas de forrajes”, concluyó.