Bajo nivel activó alerta roja en el caudal del río Magdalena
martes, 13 de enero de 2015
Colprensa
Los bajos niveles del río Magdalena, cuyas aguas han descendido a niveles mínimos, mantienen en alerta roja a las autoridades gubernamentales, empresas de transporte fluvial y de carga, pescadores, y pobladores de la cuenca media del principal afluente de Colombia.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, Ideam, advirtió en su informe de ayer que la emergencia y la alerta roja se mantiene en jurisdicción de la estación de Barrancabermeja, dado que a pesar que en las últimas horas el nivel ha tendido a estabilizarse temporalmente, los valores siguen estando por debajo del promedio de los mínimos históricos para la época.
El último dato que se tiene reportado es de 0,65 metros, el cual puede estar restringiendo la navegación fluvial de carga y la operación normal de los acueductos que se abastecen directamente del río Magdalena en este sector.
De hecho, el Ideam recomendó a los usuarios del afluente, que debido a las restricciones en la navegación se aconseja estar atentos a los comunicados que en tal sentido pueden emitir las capitanías de los puertos de esta zona.
Es así como el gerente de operaciones de la Naviera Fluvial Colombiana, Raúl Muñoz, informó a Vanguardia Liberal que la navegación para embarcaciones de gran calado está cerrada, y los puntos críticos están ubicados en los kilómetros 555 en zona del municipio de San Pablo, en los alrededores de Puerto Wilches (kilómetro 597), Pinillos y los kilómetros 605, 594, 570 y 568.
Manuel Valderrama, un avezado conductor de chalupas, que hace 25 años transporta pasajeros por el río Magdalena entre Barrancabermeja y San Pablo, señaló que en los sectores de Paloquemado, Terraplén y Cantagallo, la navegación es restringida y esto complica las cosas para su actividad.
Improvisan canchas
Como si se tratase de una historia del ‘realismo mágico’ de Gabriel García Márquez, los calurosos días que el verano intenso han dejado seco una gran parte del río Magdalena se han convertido en motivo de disfrute entre los pobladores ribereños, quienes no han tenido ningún reparo en sacarle provecho a la compleja situación.
Las extensas playas de arena que hoy no permiten el desembarque de las chalupas de pasajeros en puerto seguro, han sido convertidas en improvisadas canchas de voleibol y fútbol, donde grandes y chicos le hacen el quite a la desidia y a la crisis, y otros aprovechan para vender un refresco a los visitantes.
El famoso paseo de olla familiar se disfruta en medio de los islotes de arena que han emergido del río Magdalena, en sectores como Isla 6 y, que están ubicados entre los municipios de Cantagallo y San Pablo.
Allí, humildes campesinos y pescadores como Roque Reynel, ofrecen el servicio de transporte y cobran $50.000 de ida y vuelta a los visitantes