Calificaciones, indicadores de riesgo efectivas para compañías de servicios financieros
viernes, 29 de diciembre de 2017
El 19 de diciembre, S&P Global Ratings publicó el estudio global inaugural de servicios financieros.
César D. Rodríguez Flórez
El 19 de diciembre, S&P Global Ratings publicó el estudio global inaugural de servicios financieros con el cual pudo determinar que que las calificaciones continúan sirviendo como indicadores efectivos de riesgo relativo de crédito para las compañías de servicios financieros.
En este estudio, S&P Global Ratings revisó los incumplimientos, transiciones y desempeño financiero del sector de servicios financieros en general, incluidos los bancos, las instituciones financieras no bancarias y el sector asegurador.
Así mismo, la firma identificó una clara correspondencia negativa entre calificaciones e incumplimientos: a mayor calificación de riesgo crediticio del emisor, menor frecuencia observada de incumplimiento.
A través de un comunicado y tras hacer un análisis detallado del estudio, S&P Global Ratings explicó que históricamente los emisores de servicios financieros tienden a tener menores tasas de incumplimiento que en los sectores corporativos no financieros, aunque estos también tienden a ser más sensibles a los cambios en la confianza de los inversionistas.
Añadió que para las compañías que incumplen, la reducción de la calidad crediticia puede ser rápida una vez que los acreedores y las contrapartes pierden confianza en la entidad.
A menudo, los incumplimientos de compañías de servicios financieros han involucrado un descalce entre activos y pasivos, donde se inicia una combinación de activos no líquidos y pasivos en aceleración por medio de un colapso de la confianza (en la institución o en el valor de los activos), lo cual desencadena un escenario de corrida bancaria, donde los depositantes, tenedores de póliza o acreedores hacen exigencias que no se pueden cumplir, bien sea a la falta de liquidez o a insolvencia, explica en el texto.
En muchos casos, esto lleva a una intervención regulatoria, como cuando un banco o aseguradora se lleva a supervisión del regulador, o, como lo observamos durante el periodo 2008-2009, cuando un gobierno entra a proveer apoyo extraordinario a una institución financiera de importancia sistémica, concluye.