“Colombia está pagando los costos del desorden económico de Venezuela”
viernes, 13 de octubre de 2017
El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, dijo que no habrá más reformas tributarias
Jhon Guzmán Pinilla
Luego de cinco años como ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas está en la recta final de su periodo en el que ha realizado tres planes de impulso a la economía y enfrentó el choque que produjo el precio petróleo. En entrevista con Juan Carlos Iragorri, para el programa Club de Prensa de NTN24, Cárdenas dijo que su principal legado fue, precisamente, haber logrado navegar las aguas difíciles de la caída de los precios del petróleo, además afirmó que “la situación en Venezuela es complicada y puede tener para Colombia unas enormes consecuencias”.
Antes de preguntarle por asuntos económicos, quería preguntarle por la posible influencia en la economía colombiana de esa clasificación de Colombia al Mundial, ¿eso tiene alguna incidencia?
Sin duda porque anima, crea optimismo, confianza, y mueve ciertos sectores de la economía. El año entrante, con Mundial, es un mejor año para las telecomunicaciones, el transporte, para todo lo que es pauta, publicidad. No creo que haga la diferencia para cambiar el pronóstico de crecimiento para Colombia, pero sí ayuda.
Ha venido a las reuniones de otoño de uno de los organismos internacionales de crédito que hay en Washington, pero nos enteramos que parte de su agenda está relacionada con esa pretensión de Colombia de ser admitida en la Ocde, ¿qué es lo que está haciendo respecto a eso?, y ¿qué es lo que falta?
Ese es uno de nuestros grandes objetivos de gobierno. Permitiría cerrar con broche de oro toda una gestión de casi siete años que llevamos en este proceso de acceso. Es una organización muy exigente. Cada país que aspira a entrar tiene que pasar por la lupa de 23 comités que avalúan qué tal lo está haciendo ese país en diferentes sectores, en diferentes actividades, en diferentes áreas de la política pública.
Por poner dos ejemplos: evalúan si el país tiene la posibilidad de producir estadísticas confiables y oportunas, ya lo hicieron, dijeron que sí; o si la política tributaria, la forma de cobrar impuestos, está acorde con esos estándares. Entonces, de esos 23 filtros, ya pasamos 21, nos quedan dos: el de asuntos laborales y el de comercio exterior. Esos dos comités se reúnen en noviembre, Colombia pasa al tablero, como lo ha venido haciendo en los últimos meses, y allá miraremos y se evaluará cómo vamos en ese proceso.
Son, hoy por hoy, 35 países, y todos tienen derecho a opinar y a participar en esas evaluaciones de los que van a entrar. Colombia es el que está más avanzado actualmente en esa lista de países que tienen la aspiración de entrar a la Ocde.
Nosotros decididamente queremos se parte la Ocde, ¿por qué?, porque es un sello de calidad. Una vez usted hace parte de esa organización, el mundo entero sabe que usted es un país bien manejado, que es un país que tiene unos estándares de política pública entre los mejores del mundo, y eso atraer más inversión y genera más empleo, de ahí la importancia para Colombia.
Entre otras cosas se ha reunido usted con Steven Mnuchin, el secretario del Tesoro de Estados Unidos. ¿Ha habido algunas conversaciones que tengan que ver con la región o solo con Colombia?
Nosotros tenemos un diálogo permanente. Yo hablo con el secretario del Tesoro, no tanto de los temas de Colombia específicamente, aunque por supuesto hablamos de la situación del país, pero Colombia es un país que viene haciendo las cosas correctas, que es serio, responsable, que ha asumido este choque petrolero con muchísima firmeza, reforma tributaria, recortes al gasto, Colombia no es un país problema.
Sí hablamos de la situación regional y muy particularmente de Venezuela, porque la situación en Venezuela es complicada y puede tener para Colombia unas enormes consecuencias. Colombia es el país que está pagando actualmente los costos del desorden económico que hay en Venezuela. Estimamos que hay unos 300.000 venezolanos en Colombia, les ofrecemos salud, educación, eso tiene un costo; lo hacemos además con una enorme solidaridad, somos hermanos, sabemos cómo nos ha acogido Venezuela en otra época, y por lo tanto tenemos que hacer ahora lo que es correcto, ser recíprocos, y por eso nos interesa tanto la situación económica de Venezuela, y ese es el diálogo que tenemos con el secretario del Tesoro.
¿Y Venezuela está cumpliendo con las obligaciones que tiene con ciertos organismos internacionales?
Cumple, pero siempre con algún atraso, con alguna demora. Ese es un tema importante que vamos a hablar acá, porque mantener esos pagos de manera oportuna a las entidades multilaterales es fundamental, tanto para el BID, como para la CAF. La CAF es un banco de desarrollo donde no hay socios grandes, los socios somos nosotros mismos, los países de la región. Entonces, cualquier inconveniente que se dé entre los países, pues obviamente tiene repercusiones en el resto de los países, no hay colchones tan fuertes como en el Banco Mundial o el BID.
Hace poco hubo dos terremotos muy fuertes en México, y además nos enteramos que viene a tramitar una especie de seguro para el país, ¿eso en qué consiste y qué está haciendo usted?, porque cabe recordar que Colombia está en una zona sísmica
Zona sísmica y hemos tenido muchos movimientos pequeños, pero lo que hemos visto en la región, y no solo en México, es un aumento en la actividad sísmica. Hoy el mundo les permite a los países asegurarse frente a los eventos catastróficos. Colombia no tiene un seguro de esa naturaleza, Colombia tiene unos créditos que se pueden desembolsar si hay una situación que amerite una emergencia económica, pero es un crédito, al final es más deuda.
Ahora lo que queremos es un seguro, que se lo paguen a uno para reconstruir una ciudad. Lo que estamos buscando es un seguro, del orden de US$400 millones, que se active si hay un terremoto de determinada magnitud, y dependiendo de la región del país donde ocurra, porque si pasa en un sitio con más población, el seguro sería más grande que si es en las zonas rurales.
Para Colombia es necesario tener ese tipo de seguro frente a un riesgo que sería catastrófico y que no es improbable.
Usted ha dicho reiteradamente que la economía colombiana va bien si se compara con los países vecinos, pero la gente en la calle se queja, e incluso ahora el FMI rebajó sus proyecciones de crecimiento de la región, ¿qué tanto se va a ver afectada la economía si no logramos crecer lo que dice el Fondo?
Hemos tenido que enfrentar un choque enorme en donde a Colombia se le redujeron sus exportaciones a la mitad, los ingresos fiscales se afectaron una quinta parte de nuestros ingresos fiscales venían del petróleo y naturalmente cualquier país que enfrenta este tipo de choque se sacude. Afortunadamente Colombia pudo seguir avanzando, no al mismo ritmo que traíamos en la última década, pero seguimos progresando porque los indicadores sociales siguen mejorando, el crecimiento de la economía sigue positivo.
Depende de uno como quiera ver los resultados económicos, si los contrasta con la última década estamos creciendo menos, pero frente a lo que hubiera podido pasar frente a un choque de estas magnitudes, Colombia ha salido relativamente bien librada.
Ahora nadie está contento con el crecimiento de este año. El FMI acaba de decir que su pronóstico es 1,7%, el Gobierno tiene un pronóstico de 2% y yo le creo más al gobierno porque creo que las medidas de reactivación están funcionando, pero ese es el rango.
Pero lo que yo más destacaría de lo que dijo el FMI esta semana es que el año entrante Colombia va a crecer 2,8%, lo que quiere decir que pasó lo peor, pasamos esa página y ahora espera volver a crecer. Pero ¿cuánto nos demoraremos en volver a crecer al 4% o 5% que es nuestro promedio histórico? Depende mucho de lo que haga el próximo gobierno, por eso tenemos que estar totalmente inmunes al populismo, porque está de moda, es muy tentador.
Las promesas de gastar más y pagar menos impuestos cautivan al electorado, pero son completamente inconvenientes desde el punto de vista económico y Colombia se debe mantener por la línea de seriedad y responsabilidad que ha tenido en los últimos años. El país debe hacer odios sordos a esos cantos de sirena de quienes prometen resolver los problemas económicos simplemente a punta de más gasto y recortes económicos.
Usted habla bastante de impuestos y posiblemente haya sido uno de los ministros de Hacienda que más reformas tributarias ha impuesto, ¿habrá más reformas en este gobierno del presidente Santos que termina el 7 de agosto?
Definitivamente no habrá más reformas tributarias en este gobierno y espero que en los próximos años tampoco. Ahora, si viene un Gobierno que promete más gasto necesariamente tendrá que generar más ingresos porque Colombia tiene una regla fiscal, y no puede salirse porque tiene unos parámetros y no puede de repente decidir aumentar el déficit fiscal porque la ley se lo impide. Lo metimos en la constitución, y uno de los grandes legados de la administración Santos fue haber elevado al rango constitucional el criterio de sostenibilidad fiscal, entonces cuando alguien en Colombia dice “hay que proteger tal derecho, hay que garantizar tal derecho”, también podemos sacar otro texto de la constitución que dice “sí, pero siempre y cuando sea sostenible fiscalmente”.
¿Qué quiere decir sostenible fiscalmente? Que hoy lo podamos pagar, pasado mañana también y que si se le va a dar este beneficio a una generación, también se le pueda dar a otras generaciones, y hoy eso es parte de la constitución política de Colombia.
Hay quienes dicen que la regla fiscal hay que cambiarla porque ya no hay ingresos petroleros o son muy reducidos en comparación con los que había anteriormente, ¿está de acuerdo con esto?
No. La regla fiscal ha sido un instrumento magnifico para asegurar la credibilidad del manejo económico colombiano. Nosotros logramos la mejor calificación de nuestra historia con todas las calificadoras cuando el petróleo estaba por encima de US$100, logramos calificación BBB que nunca antes Colombia había tenido una calificación tan alta. Todo el mundo dijo: ahora que el petróleo cae y llegó casi a US$30, Colombia va a perder su calificación BBB, pero yo creo que uno de los grandes resultados del manejo económico colombiano es que mantuvimos la calificación a pesar de la caída del petróleo y hacia adelante hay que mantener esa calificación.
¿Cómo logramos mantener la calificación BBB? Aferrándonos a la regla fiscal y diciéndole a los mercados esta es la pauta, esta es nuestra carta de navegación en materia fiscal y eso da credibilidad y confianza. La regla fiscal no es una camisa de fuerza, sino que tiene cierta flexibilidad que nos permitió por unos momentos durante la caída del petróleo, tener un déficit fiscal y de aquí para adelante hay que empezar a corregir ese déficit. Abandonar la regla fiscal tendría un costo desde el punto de vista de las calificadoras, no tengo la menor duda.
¿Con qué precio del petróleo y con qué tasa de cambio hizo los presupuestos de 2018 en Colombia?
Aproximadamente $3.000 por dólar y la tasa de cambio ha estado aproximadamente en $2.950, entonces el dólar no ha sido un factor de sorpresa. En materia de petróleo utilizamos para este año un precio en el orden de US$53 por barril, estamos muy en línea. De hecho, hoy está un poco por encima de ese precio y para 2018 estamos usando un precio de US$55 dólares por barril.
¿Cree que en Colombia hay que cambiar el sistema de regalías?
No, es una reforma que también ha funcionado muy bien y ha permitido que todo el país se beneficie de las regalías, y no solo que lleguen a los departamentos y municipios productores, sino distribuir en el resto del país. Y ahora hicimos una reforma a las regalías que ha pasado desapercibida porque el país está enfrascado en tanto debate polarizante en temas políticos como la justicia especial para la paz, que los temas económicos no figuran tanto. Pero en medio de todo ese debate, acabamos de hacer una reforma a la constitución asegurando que, durante los próximos 20 años, el 7% de las regalías va a fondo especial para de ahí hacer las inversiones que se requieren para la implementación de los acuerdos de paz. Reformamos el sistema de regalías para abrirle un espacio especial a la implementación del posconflicto.
¿Por qué no ha habido una gran reforma pensional que la gente la pide a gritos?
Está totalmente sobre diagnosticado el problema pensional. Pocas personas se pensionan, las personas que se pensionan pertenecen a los ingresos más altos, es decir, que es un sistema muy inequitativo que beneficia a las personas con mejor condición y más capacidad económica. También tenemos un problema muy diagnosticado que es que coexisten un sistema privado con un sistema público y la mayoría de personas, llegado el momento de acercarse la edad de retiro, se pasan al sistema público porque les ofrecen mejores condiciones, y eso se lo repite cualquier columnista colombiano y cualquier estudioso del sistema de pensiones; donde nos quedamos cortos y es en las recomendaciones para resolver este tema.
Los analistas y centros de investigación todavía no han producido un buen documento, porque la gente necesita saber exactamente cómo hay que reformar el sistema porque las discusiones son muy polémicas. Por ejemplo, se enfrentan los dos sistemas, el público y privado que coexisten o se separan sus competencias, el privado para una parte y el público para otra; o por ejemplo, está el tema de la edad de retiro, por lo que falta aún un buen diagnóstico acompañado de recomendaciones, para lo que convocamos un comité de expertos que deben entregar sus informes a finales de este año a ver qué propuesta nos hacen en materia pensional.
Posiblemente no ha habido ningún colombiano que haya ocupado más ministerios que usted, y posiblemente usted ha sido la persona que más tiempo ha durado como ministro de Hacienda. ¿Cuál cree que es su principal aporte?
Navegar estas aguas tan difíciles después de la caída de los precios del petróleo. El país venía muy bien, teníamos unos formidables vientos de cola que impulsaban toda la economía, teníamos unos problemas puntuales sectoriales, pero todo estaba muy bien, el país se sentía rico. El dólar estaba a $1.800 y cuando nos expresábamos en dólares los sueldos eran buenos, los precios de las propiedades también eran altos.
De repente, nos tuvimos que enfrentar a una nueva realidad, el dólar pasó, en cuestión de semanas, de $1.800 a $3.000. Salía en las carátulas de las revistas: Colombia empobrecida, claro, todo el que se medía en dólares había perdido la mitad de su valor.
Navegar esas aguas ha requerido, primero, firmeza, decisiones claras. Teníamos que arreglar el tema fiscal, subir impuestos, bajar gasto. También firmeza en entender que la devaluación se tenía que dar como un mecanismo de ajuste. Hubo gente que se trató de oponer, pero necesitábamos hacerlo para que la economía se volviera a ajustar.
Entonces, yo creo que el principal legado es ese, es haber administrado esa coyuntura tan difícil de los precios del petróleo. Se lo puedo decir con confianza: creo que Colombia aún no está del otro lado, pero ya pasó el peor momento y la economía empezará a repuntar.
Usted sonaba mucho para ser candidato presidencial, pero finalmente decidió no serlo. ¿Qué va a hacer ahora cuando termine el gobierno?, ¿se va a quedar en Bogotá, va a algún organismo internacional?
No creo. Yo tengo una vocación de país, y el servicio público hay que entenderlo no solo como los cargos, que además son pasajeros, sino como un compromiso con los temas de Colombia. He sido toda una vida investigador, analista, y creo que esa vocación que es la profesión de uno sale a flote y es de lo que finalmente uno está agarrado en una tendencia de largo plazo; de su vocación y su formación.
La política es seductora, atractiva, pero hay que ser realista y saber leer las coyunturas. Yo dije, por encima de todo, mi responsabilidad como ministro de Hacienda. Yo prefiero pasar a la historia como un buen ministro de Hacienda a pasar como un regular ministro de Hacienda, que no tomó algunas decisiones porque tenía una aspiración presidencial. Prefiero que récord diga: el tipo fue un buen ministro de Hacienda, hizo lo que tocaba, así haya tenido un costo personal en lo político.
¿Cuántas tarjetas de crédito tiene y con cuánta plata anda en la billetera?Pues, ahora ando con dólares, porque estoy de viaje, tengo US$50 y tengo dos tarjetas de crédito, y para demostrarle que uno siempre debe estar buscando el ahorro, acá en Washington me quedo en casa de amigos. Primero, me gusta más, y eso ayuda a la economía familiar.