De 33 senadores de las comisiones económicas, 18 votarían por hundir la tributaria

Al Gobierno se le agotan los días para los planes en el Legislativo, cruciales, para lograr el financiamiento del Estado el próximo año. Desde este lunes, solo queda una semana para iniciar la discusión de la reforma tributaria en comisiones económicas.

Este proyecto, que el Gobierno llamó como ley de financiamiento, servirá -en principio- para recoger $12 billones adicionales para completar el Presupuesto General de la Nación de 2025, que solo está asegurado por $511 billones.

El documento debió presentarse esta semana, pero el Gobierno no está cómodo con la situación en el Congreso, toda vez que encuentra menos espacios de consenso con los congresistas, ante los anuncios públicos de algunos partidos sobre su rechazo a la propuesta fiscal.

De hecho, este será uno de los primeros pasos que tiene que tomar el nuevo ministro de Hacienda, Diego Guevara, cuya posesión ocurrirá más pronto que tarde, ante la premura.

Al hacer los cálculos, más de la mitad de los congresistas de las comisiones económicas votarían en contra del proyecto, pero el ejercicio debe tener sus precisiones también.

Cada comisión económica del Congreso vota para la aprobación o el rechazo de la propuesta, pero si una sola llega a negarlo, el proyecto se derrumba automáticamente. “Las expectativas” de la oposición están en los legisladores de las comisiones tercera y cuarta de Senado, que han cumplido al pie de la letra las posturas de bancada.

Si bien en la Cámara de Representantes, los partidos como el Conservador y el Liberal tienen buena cantidad de representantes, algunos miembros no se han visto tan alineados a las políticas del colectivo, y su voto podría alinearse más a favor del proyecto fiscal.

En ambas comisiones del Senado habría nueve votos en contra, justo el máximo para lograr el hundimiento del texto.

“Este proyecto de reforma tributaria está moribundo; ya se han radicado dos ponencias, ambas pidiendo el archivo. Puede ser que el gobierno se arriesgue a presentarlo. El Gobierno es muy arrogante y no gusta de reconocer que no cuenta con mayorías para aprobar algo tan serio como una reforma tributaria”, aseguró Juan Camilo Restrepo, exministro de Hacienda.

Para el extitular de la cartera económica, “el proyecto no goza de buen ambiente en el Congreso; y el riesgo de un fracaso es grande”.

Como lo mencionó Restrepo, ya la oposición radicó una reforma paralela de archivo, la cual, recoge las alertas de diversos sectores y actores empresariales, que entre otras, advierten que la reforma tributaria frenaría el proceso de reactivación económica que atraviesa en estos momentos el país y que llevaría al PIB a repuntar entre 1,8% y 2% al cierre de año.

Uno de los ponentes de esa ponencia negativa fue el senador Miguel Uribe, quien aseguró que los nuevos impuestos que contempla la ley de financiamiento afectará a las familias de menores ingresos, y a las pequeñas empresas.

El otro punto sensible, y que aborda la ponencia, es que la reforma propone aumentar el endeudamiento, llegando a niveles máximos, lo que dejaría al Estado sin margen de maniobra fiscal de cara al futuro.

El ahora exministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, había asegurado que la presentación y aprobación de este proyecto es clave para las finanzas públicas, pero si el mismo fracasa, se presentará el próximo año.

Además, el funcionario puntualizó en que si la reforma tributaria no es aprobada se definirá cual es el monto del Presupuesto para el cual sí hay recursos y cuáles se aplazarán. “El 2 de enero tengo que decir qué tanto quedó financiado y qué no y hacer un aplazamiento de esa cantidad ($12 billones) para el próximo año 2025”, dijo Bonilla antes de su salida.