Economía

“Derogar el decreto 562 generará inestabilidad”, dice el Distrito

Carlos Rodríguez Salcedo

El funcionario aseguró que, a corte del primero de octubre, con 11 proyectos concebidos bajo esta normativa la ciudad ha recaudado $64.000 millones. “Esto implica que tenemos dinero para comprar, más o menos, 27 hectáreas en los sectores más deprimidos para generar espacio público en los lugares donde no los hay”, especificó Ardila. 

Si bien parece que el futuro del 562 está definido, el Secretario explicó que las licencias que se expidan bajo este decreto, así luego se derogue, deberán ser respetadas. “En mi criterio, cuando una licencia se presenta en debida forma, adquiere el derecho y debe ser respetada. Mientras el 562 esté vigente y las solicitudes de licencias se radiquen en debida forma, es un derecho adquirido por los ciudadanos”, añadió el funcionario. En el fondo de la discusión, aceptó que lo que hay es una contraposición entre dos modelos de urbanismo. “Es claro que tenemos una visión de ciudad distinta. No creemos que sea conveniente la expansión de la ciudad sobre los bordes”, dijo Ardila.

Sin embargo, el futuro alcalde Enrique Peñalosa le contestó, luego de que Ardila le dijera que desconocía el decreto, que él sí lo conoce muy bien y por eso lo considera un gran error. 

“No solo soy yo, hay un consenso entre todos los urbanistas de la ciudad y las facultades de arquitectura”, respondió el Alcalde electo. Además, indicó que el decreto no lo viene estudiando en los últimos días, sino que de tiempo atrás lo ha venido revisando. “Hay un consenso de que es inadecuado y antitécnico”, insistió. Pese a estas posiciones, el Secretario de Planeación explicó que, según los cálculos del Distrito, los bordes de la ciudad están muy densificados. Por ejemplo, en la zona suroccidental hay densidades de casi 600 personas por hectárea, mientras que en el centro de la ciudad hay un promedio de 52 personas por hectárea.  “Plantear la localización de más personas en el borde suroccidental no es un error técnico, sino un problema de moralidad”, criticó Ardila.