Economía

El 15 de septiembre

Arnulfo Valdivia

Aún cuando muy ciertas son las palabras de Martí al expresar que “para ensalzar a la Patria... son oportunos todos los momentos”, para los mexicanos, este día toma otra dimensión al recordar la arenga del cura Hidalgo: “llegó el momento de nuestra emancipación; ha sonado la hora de nuestra libertad; y si conocéis su gran valor, me ayudaréis a defenderla de la garra ambiciosa de los tiranos. Pocas horas me faltan para que me veáis marchar a la cabeza de los hombres que se precian de ser libres. Os invito a cumplir con este deber. De suerte que sin Patria ni libertad estaremos siempre a mucha distancia de la verdadera felicidad”.

Hablar de la independencia de México es recordar a los hombres y mujeres que dieron su vida para darnos la oportunidad de vivir en libertad. A 205 años de esta gesta, su conmemoración llama a reflexionar sobre los avances que como nación hemos tenido y lo que nos falta por alcanzar, pues desde su origen el movimiento fue siempre claro en cuanto al anhelo de suprimir las desigualdades sociales y jurídicas, y de construir un país en el que cupiéramos todos, sin excepciones.

De las cuatro grandes etapas de la guerra de Independencia: iniciación, organización, resistencia y consumación, la primera es sin duda obra de la inteligencia y pasión del que es, quizá, el caudillo más representativo para nosotros, Don Miguel Hidalgo, el “cura ilustrado”, fruto de ese grandioso movimiento filosófico que despertó aspiraciones libertarias, de rebelión política e intelectual. Hombre valiente y visionario, decretó la abolición de la esclavitud, el reparto de tierras y el cese de los tributos que pesaban sobre indios y mestizos.

Ese llamado de emancipación de una noche que parece lejana en el tiempo, se renueva en nosotros cada 15 de septiembre para dar el famoso “Grito”, acompañados de familiares y amigos, y para recordar a los héroes que nos dieron patria, ondeando nuestra bandera, tañendo una reproducción de la Campana de Dolores y evocando a esos hombres inmortales. “¡Viva Hidalgo!, ¡Viva Morelos¡ ¡Vivan los héroes de la independencia! ¡Viva México!”.

Después del Grito, en muchos lugares hay verbenas populares (ferias), en las que se ofrecen todos tipo de platillos típicos mexicanos como quesadillas, “gorditas”, mole, tostadas, pozole, chalupas, buñuelos bañados con miel, y muchos otros antojitos; acompañados de bebidas como el tequila y el pulque.

La noche es amenizada por la música de los mariachis y la banda. Las mujeres se visten de china poblana, una combinación de falda larga, blusa bordada y rebozo como en el siglo XIX, además de trenzas en el cabello ribeteadas con cintas tricolores. Los hombres portan trajes de charro y algunos un paliacate, pañuelo que se usa en los trajes regionales mexicanos, además de enormes sombreros y bigotes postizos.

Así, en una noche, entre el 15 y el 16 de septiembre, como lo marca la tradición, se celebra la Independencia de México. La fiesta de todos los mexicanos. La fiesta que todos los mexicanos le brindamos a nuestro adorado México.