El futuro de la matriz energética está en la generación con fuentes no convencionales
miércoles, 18 de octubre de 2017
La demanda mundial estará jalonada por el mayor uso de vehículos eléctricos.
Katherine Benítez Piñeros
En el marco del foro ‘Liderazgo y mercado de la energía en América Latina’, realizado por LR con el Grupo Energía de Bogotá (GEB), el ministro de Minas y Energía, Germán Arce, destacó la solidez y la calidad de la arquitectura energética que posee actualmente el país. “Este año, el Foro Económico Mundial catalogó a Colombia como la principal superpotencia energética de América Latina y la octava a nivel mundial”, afirmó.
Incluso, pese a que a finales de 2014 y mediados de 2016 hubo una serie de situaciones que pusieron a prueba el sistema eléctrico local (Fenómeno El Niño, el no funcionamiento de Termoflores más el incendio en la central de Guatapé), el ministro resaltó como un logro importante no haber tenido que racionar la energía.
“El cambio climático es una realidad a la hora de planear un desarrollo sostenible de estas industrias y de economías como la nuestra”, explicó el ministro, por lo que hizo énfasis en que, al tener la energía hidráulica el atributo de la confiabilidad, es importante que la transición reconozca que la matriz energética tiene otro atributo que es la complementariedad. “El reto del sector es cómo maximizar los recursos renovables con los solares, eólicos, biomasa, sin poner en riesgo la confiabilidad de todo el sistema”, señaló.
Entre tanto, de acuerdo con Astrid Álvarez, presidenta del Grupo de Energía de Bogotá (EEB), se avizora un futuro prometedor en términos de demanda en la cadena de energía eléctrica no solo en relación con el aumento de la población mundial. “La demanda estará jalonada por el mayor uso de vehículos eléctricos que crecerá de manera exponencial al pasar de 1,2 millones actualmente a más de 100 millones de unidades en tres décadas”, afirmó.
Para no ir más lejos, en Colombia, de acuerdo con la Asociación Colombiana de Vehículos Automotores (Andemos), desde 2011 hasta la fecha se han vendido 1.012 vehículos eléctricos en el país. En 2013, la cifra llegó a 60 mientras que desde 2014 el crecimiento ha sido superior a 200, pues en 2014 se vendieron 238; en 2015, 263; y en 2016, 278.
Por otra parte, Arce señaló que “la transformación del sector energético ha sido un aprendizaje continuo de una industria que ha sido innovadora desde lo institucional hasta lo tecnológico”.
Incluso, recordó que, por ejemplo, a inicios de los años 90, la cobertura era cercana a 74% y tenía como dificultades la baja confiabilidad del sistema al igual que una demanda centralizada en zonas industriales. “Ahora, tenemos una cobertura de 97% a pesar de la dispersión geográfica. Urbana es casi de 99% mientras que en la zona rural es de 88%. Ahí es baja por un tema geográfico y también porque son lugares donde no hemos tenido acceso”, manifestó.
Precisamente, en ese proceso de transformación, Arce destacó la destacada labor del GEB, empresa que nació en 1896 y desde comienzos de los 90 se especializó en las áreas de generación, distribución y comercialización, al igual que realizó una asociación público privada.
“El GEB es un ejemplo de cómo lo público en asocio con capital privado fueron capaces de construir la infraestructura que tenemos hoy en día. Ese modelo es similar a lo que hacemos en la actualidad con las vías 4G. El sistema creó unas capacidades institucionales y unos grupos empresariales que permitieron esa transformación para llevarnos al punto en que estamos ahora”, sostuvo Arce.
Igualmente, contó cómo el modelo corporativo del GEB se expandió a otros frentes del sector energético. En 2005 adquirió 72% de Transcogas (encargada del transporte de gas natural en Bogotá y su área de influencia); en 2007, compró Ecogas y nació Transportadora de Gas Internacional (TGI), con la que creó Contugas en Perú, empresa con la que comercializa y distribuye gas natural.
Tal es la relevancia en materia energética que cinco empresas colombianas son líderes en el mercado regional. Por ejemplo, ISA tiene presencia en Centroamérica, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Brasil. Entre tanto, el GEB está en Guatemala, Perú y Brasil; EPM en Chile y Centroamérica y Celsia solo en Centroamérica. “En el ranking de las 500 multilatinas de la revista América Economía, ISA, GEB y EPM aparecen en los primeros 60 lugares”, apuntó Álvarez.
En relación con la transición a las nuevas energías, el ministro Arce destacó que es mucho más posible dado que los precios de producción de estas tecnologías ya son asequibles para un país como Colombia.
“Las condiciones de costo van a hacer que estas tecnologías irrumpan en la matriz de generación, pero la clave es cómo esas fuentes se vuelven un generador de valor en un sistema que tiene tres objetivos fundamentales: garantizar la confiabilidad del sistema, optimizar la calidad de la matriz de generación y buscar precios eficientes para los usuarios”, dijo.
De hecho, en esa tarea, destacó la reciente reglamentación del Fondo de Energías Renovables y Gestión Eficiente de la Energía (Fenoge), el cual financiará proyectos de fuentes no convencionales de energía con el objetivo de beneficiar a los estratos menos favorecidos, al igual que la Ley 1715 de 2014, con la que se dieron lineamientos para la producción de energía con fuentes renovables no convencionales.
No obstante, a pesar de estos avances, el ministro señaló la importancia de un desarrollo normativo que permita la generación de fuentes renovables no convencionales que ayuden a garantizar la fortaleza del sistema energético. “Hay que meter la variable cambio climático en la planeación a largo plazo”, concluyó Arce.
Líder de transporte de energía y gas de la región
El Grupo Energía de Bogotá (GEB) es la única multilatina que participa en toda la cadena de energía eléctrica y gas según su presidente, Astrid Álvarez. En Colombia cuenta con una red de energía eléctrica de más de 12.500 kilómetros y 4.000 kilómetros de gasoductos. En Lima, impulsa la política de masificación de gas y el transporte masivo a gas; en Brasil la red eléctrica es de 1.100 kilómetros; en Guatemala desarrolla el proyecto de infraestructura energética más grande de Centroamérica; y en Bogotá apoya el tema de energías limpias.