El recibo del gas subiría casi 45% en Medellín y en Bogotá por las importaciones
sábado, 8 de noviembre de 2025
Si la mitad del gas que se necesita para la demanda del país es importado, causaría grandes estragos en las principales ciudades por costos adicionales como el transporte
La coyuntura de gas amenaza la estabilidad en las tarifas y por ende el bolsillo de los colombianos. La falta de exploración y explotación obligó a que en los últimos años se aumentara la importación del recurso energético, un escenario que si sigue incrementándose podría generar un gran impacto en el recibo que las personas, que viven en las grandes ciudades, pagan mes a mes.
En un reciente informe de Fedesarrollo, elaborado por el investigador Juan Benavides y el profesor de la Universidad de Los Andes, Sergio Cabrales, abordaron la situación de cómo tocaría el bolsillo de los colombianos, si 50% de la demanda se satisficiera con gas importado y los que más afectados se verían son los de Bogotá, Medellín, Bucaramanga, entre otros.
El mayor aumento en la tarifa se vería en: Bucaramanga con 45,8%, Medellín con 44,9%, Bogotá con un aumento de 44,6%, Cali con 30,3% y Barranquilla con un incremento con 11,7%.
“En un escenario en el que la canasta esté compuesta exclusivamente por gas importado, los aumentos podrían ser 89,3% en Bogotá, 89,7% en Medellín, 91,5% en Bucaramanga, 60,7% en Cali y 23,4% en Barranquilla”, se lee en el informe.
Sobre las razones por las que serían estas ciudades, principalmente las más afectadas, Benavides señaló que la tarifa se compone de la suma de los costos de producción, transporte y distribución; y los costos de transporte reflejan la distancia entre fuentes y nodos de consumo.
“Por eso, las ciudades más cercanas a la producción doméstica y a las instalaciones de regasificación tienen menores incrementos porcentuales”, acotó.
De hecho, en el informe, alertan, que, aunque ya se hacen importaciones, siguen siendo insuficientes para disminuir el déficit, aseguran que el principal factor es que la planta de regasificación de Cartagena tiene una limitada capacidad y además cuenta con precios que pueden ser hasta tres veces superiores a los del gas nacional al no contar con contratos de largo plazo.
Esto hace que el panorama sea aún más complejo, porque dificulta que el gas que se trae desde el exterior no pueda ayudar a cubrir la demanda.
En estos momentos de acuerdo con los datos revelados por el centro de pensamiento, 17,5% del gas que se consume en el país es importado, aunque alertan de un incremento próximamente, hay que acotar, que es un porcentaje menor al que se vio el año pasado cuando compraron gas para cubrir 19,3% de la demanda total.
Pero alertan que la falta de exploración ha conllevado esta situación que generaría un déficit energético y gasífero en los próximos tres años si no se toman medidas que garanticen el abastecimiento de gas en el país. Aseguran que este escenario no se había presentado desde 1994.
Para solucionar la crisis inmediata recomiendan aumentar la producción, lo que significa aumentar la exploración y habilitar el fracking, una medida que va en contra de Gustavo Petro, quien incluso ha impulsado proyectos para tratar de prohibir esta práctica.
De no cambiar esta situación, alertan que debería haber un racionamiento de energía y de gas que le costaría al país 1,5% del crecimiento del PIB y pérdidas de al menos 260.000 empleos anuales y una condición de pobreza adicional para 250.000 personas. Es decir, un panorama gris el que se vislumbraría para la economía en general, que afectaría directamente en la calidad de vida de los ciudadanos.
¿Se ve un aumento en los costos?
Cabrales explicó que, si bien este año se vio un aumento importante en los precios del gas, por los momentos estos costos no han sido trasladados a los usuarios porque siguen vigentes contratos a precios bajos que expirarán el próximo 30 de noviembre.
“El gas importado, por su parte, ha mostrado precios promedio entre US$14,64 y US$18,39 por Mbtu, niveles considerablemente superiores a los del gas nacional. La diferencia se explica por los costos adicionales de licuefacción, transporte marítimo y regasificación”, dijo.
¿Qué se debe hacer?
Otra acotación que hacen es impulsar el ingreso ordenado de instalaciones de importación de gas natural licuado, sobre este punto, Benavides señaló que hay varias alternativas en estos momentos, pero que difieren en los tiempos de entrega y sus costos.
Por ejemplo, sobre Coveñas, aseguró que implica el costo de adecuar un oleoducto para volverlo gasoducto. Esto requiere grandes gastos y no entraría rápidamente.
“Además, se amplía el poder de mercado de Ecopetrol en producción y se produce integración vertical en transporte de gas, con lo que se llegaría a una “doble marginalización” de precios a usuarios finales”, explicó.