El sector de manufacturas es el único que continúa con déficit comercial

El acumulado del comercio exterior entre enero y noviembre del año pasado mantuvo la recuperación continua que se ha visto sobre la balanza comercial del país que, aunque sigue en déficit, redujo en 37,5% esos números negativos.

En este periodo, el desbalance comercial del país se ubicó en US$6.692 millones, gracias a la recuperación de las ventas y también, como consecuencia de que en los once meses de 2017, las importaciones apenas lograron una variación de 3,9%, influenciadas, principalmente, por el sector manufacturero.

De los US$42.440 millones que se compraron en el exterior a noviembre, US$32.482 millones (76,5% del total) corresponden al sector manufacturero, que sigue siendo el único grupo que acumula un déficit.

De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), el hueco comercial de este conjunto de actividades industriales sumó US$24.026 millones, luego de crecer 5,5% frente a los mismos meses de 2016. Esta cifra es tres veces superior al déficit total del país.

Para el exministro de Comercio y hoy presidente de la Cámara Colombo China, Carlos Ronderos, este comportamiento puede ser señal de preocupación, pues se puede traducir en una falta de capacidad de la industria nacional.

Según Ronderos, “las empresas están comprando equipos que no se producen en el país, lo que quiere decir que no hay bienes de capital”. En efecto, El año pasado se importaron más productos químicos (4%), equipos de transporte (5,3%), así como artículos manufacturados (6,1%).

Justamente, esta es una preocupación que se ha expresado desde la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), la cual ha dicho que es una señal poco alentadora que parte de las importaciones hechas por el país corresponda a bienes de consumo.

Los otros sectores, por el contrario, lograron un superávit lo cual, para la ministra de Comercio, María Lorena Gutiérrez, se traduce en “una buena señal para la economía del país y refleja una mejoría gradual de la actividad económica”.

El mayor balance positivo es para el grupo de combustibles, que se ubicó en US$1.232 millones, mientras que en el grupo de productos del agro, alimentos y bebidas, es de apenas US$66,8 millones, un poco menor que el año pasado, pero todavía en terreno positivo.

A pesar del resultado positivo para el comercio, que ayuda a cumplir las metas proyectadas del Gobierno en el sentido de reducir el déficit de la cuenta corriente del país, Ronderos cree que esto corresponde solamente a “un salvavidas muy fuerte que es el petróleo”, que lleva a depender de los mismos productos que se han exportado tradicionalmente y sobre el cual “nadie garantiza que sea sostenible en el tiempo”.