“Israel es un socio comercial para exportar carbón muy importante para Colombia”

En el marco del segundo día del Congreso Nacional de Minería en Cartagena se evidenciaron las carencias de una hoja de ruta clara para el desarrollo del sector, de igual manera se enfatizó en que se necesitan menos impuestos y más inversión para poder ser un apoyo en la sostenibilidad fiscal.

Francisco Torres, líder de Voces del Carbón, aseguró que ya tienen una carta para radicar en el Congreso de la República con la cual buscan ser escuchados por los legisladores y plantear las preocupaciones por la situación actual. Torres aseguró que hasta ahora no han pensado en irse a paro, pero piden ser escuchados.

¿Qué es Voces del Carbón y cómo nace?

Voces del Carbón nació por la preocupación por las constantes declaraciones del presidente en las que sataniza la minería, llegando incluso a decir que el carbón es peor que la droga.

Eso nos preocupa porque somos trabajadores mineros y nunca habíamos alzado la voz. Detrás de cada casco minero hay muchas familias. Decidimos organizarnos: empleados, contratistas, empresarios y todo el personal que depende directa o indirectamente de la minería.

¿Ya han revisado cómo impacta al empleo la tributaria y el aumento de impuestos al sector?

Vemos que no solo hay afectaciones en el tema tributario, que finalmente son impuestos que hay que pagar, sino en general cada vez se cierra más el espacio al sector productivo. Llega un punto en que las empresas pueden irse porque no ven sostenible esta actividad con tantos impuestos y trabas en licitaciones.

Además, está la Ley 1047, que prohíbe vender carbón a Israel, y eso introduce un tinte ideológico en un sector comercial. La minería ha aportado mucho al país y no podemos estigmatizarla: con carbón se produce energía, incluso la que alimenta, por ejemplo, a los hospitales que son los que salvan vidas.

¿Cuál cree que es hoy la mayor preocupación: la caída en la demanda internacional, los cambios regulatorios o la transición energética?

Nosotros no estamos en contra de la transición. De hecho, trabajamos en paralelo con ella. Drummond, por ejemplo, tiene un parque solar enorme. Pero las energías limpias no reemplazan la industria minera. Lo que preocupa es que esa transición se quiera hacer sin un estudio técnico.

Un operador de camión en una mina gana entre $7 y $8 millones mensuales, más de $160 millones al año. Si le quitan ese trabajo y le dan un proyecto productivo con cinco hectáreas de cultivo, no alcanza para compensar ese ingreso. Esos proyectos no pueden implementarse sin estudios serios ni socialización.

¿Han pensado en manifestarse más allá de las redes sociales?

Empezamos hace poco, pero ya tenemos una carta para radicar en el Congreso de la República. Queremos un espacio, así sea de 10 minutos, para explicar a los congresistas nuestra preocupación. No hemos contemplado hacer un paro ni bloquear vías, porque no creemos que eso ayude a la economía.

¿Qué buscan lograr con esa carta ante el Congreso?

Que se abra un debate en el Senado con el ministro de Minas y la Comisión Quinta, encargada de minería. Queremos que se revalúe la Ley 1047. Hoy aún hay excepciones para vender carbón a Israel, pero hay un borrador que eliminaría esas excepciones, prohibiendo totalmente las exportaciones. Israel es un socio comercial muy importante.

Por ejemplo, Drummond ha tenido contratos por alrededor de nueve millones de toneladas, y podrían venir muchos más de este tipo de contratos. Exportar carbón es una actividad económica que genera grandes regalías para el país.

Fraser Institute en su estudio ubicó a Colombia como una jurisdicción poco atractiva. ¿Cómo perciben es clasificación?

Desde que un país empieza con discursos satanizando la minería, eso envía un mensaje negativo inmediato a los inversionistas y lógicamente a los socios comerciales.

Ese tipo de pronunciamientos no solo ponen en alerta a la industria, también al mercado en general.

*Invitada por ACM