“El Gobierno subestima la caída del PIB este año y el crecimiento de 2021 no lo compensaría”
sábado, 22 de agosto de 2020
Para José Antonio Ocampo, la administración de Iván Duque tiene la obligación de tramitar la reforma tributaria y no deshacerse de esa responsabilidad
Juan Sebastian Amaya
En Inside LR, José Antonio Ocampo, uno de los economistas más importantes de Colombia, por su formación y trayectoria, puntualizó que, en el corto plazo, el Gobierno tiene la obligación de tramitar reformas estructurales en materia tributaria, laboral y de salud, entre otras, para enfrentar y superar la actual crisis económica que causó la pandemia.
Ocampo hizo una exposición sobre la situación económica global y nacional en la que, para el caso de Latinoamérica, cree que la región vivirá una ‘década perdida’ y Colombia una etapa de crecimiento muy bajo, al menos, hasta 2024.
¿Cree que las cuarentenas sí han funcionado?
La cuarentena sirve como medida de salud pública, pero el costo económico es muy elevado, por eso se ha pasado a cuarentenas selectivas y esta recuperación parcial de junio y julio es un reflejo de que estamos mejorando los aislamientos. El tema de salud es muy grave y espero que haya un quiebre en la tendencia. Hay algunas ciudades que sí lo han tenido, como Barranquilla, pero quedan los dos casos más complejos: Bogotá y Medellín. Si logramos un quiebre, vamos a estar experimentando una recuperación apoyada en una cuarentena menos onerosa económicamente.
¿Cuáles son las reformas que tienen prioridad?
La reforma a salud es una prioridad, pero otras como la pensional, tributaria y laboral están en la agenda y la de la salud no lo está. Hay que discutir la experiencia con la Ley 100. En los últimos años hemos visto varias EPS mal manejadas, también el atraso en los pagos a las prestadoras del servicio que, incluso, se ha dado en medio de la crisis; y, tercero, el hecho de que hay hospitales abandonados o en pésimo estado. Es un tema importante y tiene que haber una política muy agresiva de mantenimiento de los hospitales públicos. Sí creo que el tema de la Ley 100 es muy importante.
¿El Gobierno se quedó corto en sus proyecciones del PIB?
El Gobierno está subestimando la caída del PIB, con los datos actuales es muy difícil tener -5,5% este año y, más aún, suponiendo que en 2021 se va más que a compensar la caída de 2020, eso está en contra de todos los pronósticos. Todos indican que sí va a haber crecimiento en 2021, pero no que compense la baja de este año.
¿Habrá recuperación e ‘V’?
No podemos descartar que la recuperación tenga algo de ‘W’. Estamos en recuperación, pero posiblemente, debido a una segunda oleada, tenemos que tomar medidas de aislamiento más críticas que nos lleven a una segunda caída del PIB, pero sería más leve que la primera. La tendencia de crecimiento económico de Colombia ha sido de 3,5% desde 2018, es más o menos el ritmo que se había recuperado y ese sería el que se podría estabilizar.
¿Cómo crecer a más de 5%?
Para que sea de 5% hay que pensar en unas reformas muy grandes. Para mí, el tema crítico es revertir la desindustrialización, que requiere una política agresiva de diversificación de exportaciones porque lo que hemos aprendido es que la dependencia petrolera no nos dejó muy bien.
¿Qué haría usted si fuera ministro de Hacienda?
El tema económico número uno es recuperar el empleo, este colapso nunca se había visto. Por eso, yo sí haría unos programas de gasto público orientados específicamente al problema del empleo. Por ejemplo, con los municipios, y que se emplee a mujeres y jóvenes. También pondría en marcha un programa de subsidio a la creación de empleo muy orientado a la pequeña empresa, que es la gran empleadora y muchas han tenido que cerrar por la crisis.
¿Como los actuales programas de subsidios?
Se puede usar el mismo mecanismo que se ha usado en los últimos meses, pero ese programa ha llegado a menos de la mitad de los trabajadores que se tenía como objetivo (eran seis millones y solo se ha llegado a tres millones). Entonces, yo más bien soy partidario de un programa de crédito no reembolsable para las empresas que generen empleo porque obtienen capital y, en la medida en que den empleo, ese crédito no se paga o se paga parcialmente.
¿La crisis agravó la situación de Colombia y de la región?
Creo que habrá una ‘década pérdida’ para América Latina; Colombia tiene un comportamiento mejor y más bien será una época de muy lento crecimiento hasta 2024. Para la región, sin duda sí lo será y, según mis cálculos, peor que la crisis de los años 80 en términos de crecimiento.
A pesar de la crisis, ¿por qué Colombia no está tan mal frente a otros países de la región?
La razón básica es que esta crisis nos cogió en una reactivación y, por lo tanto, el primer trimestre fue positivo. Por eso creo que existen las bases para una reactivación y esa es la parte positiva en Colombia, mientras que otras economías venían mal o los cogió con unas situaciones muy críticas.
¿Y en materia de empleo?
A Colombia no le va mal en materia de actividad económica, pero le va mucho peor en materia de empleo. Habría que pensar qué tipo de reforma laboral se podría hacer y que sea concertada con las centrales obreras. Yo sí disminuiría significativamente los recargos dominicales y nocturnos porque muchos de los empleos que se podrían dar son los fines de semana, y ese recargo tiene cada vez menos sentido.
¿Apoya el trabajo por horas?
No soy amigo del trabajo por horas, incluso por jornada media sí para permitir que la prestación social sea la correspondiente. Muchas mujeres trabajan media jornada y eso también puede ser una oportunidad para los jóvenes. En el caso de cajas de compensación, he propuesto que la totalidad de la cotización quede en mano de las cajas porque, hoy en día, uno de cada cuatro puntos se destina a otros propósitos. Hay que universalizar las cajas y que tengan mayor cobertura rural; no veo ningún beneficio en reducir los aportes a las cajas.
¿Debe existir una renta básica universal?
No soy amigo de la renta básica universal porque muchos sectores de altos ingresos no necesitan, además cuesta mucha plata. Según la Cepal, podría ser de entre 5% y 10% del PIB, y Colombia tiene un recaudo cercano a 14%, entonces eso no se podría financiar. Lo que sí creo es que debe haber una renta básica dirigida a sectores pobres y vulnerables.
¿De qué monto?
Desde marzo he dicho que debería ser de $500.000 por familia, que es bastante más que el Ingreso Solidario y Familias en Acción, que dan muy pocos recursos. Entones sí daría una renta básica a aun grupo mayor de familias vulnerables de caer en la pobreza; yo hablaba de ocho millones en marzo, pero se puede reducir a menos familias con la recuperación.
¿Destinado a quiénes?
A los hogares en los que haya un empleo no se les daría renta básica, es para los hogares que no tengan empleo o con ingresos menores a cierto nivel. Lo que sí se debe universalizar es el programa de Adulto Mayor. Todo mayor de 65 años tendría derecho a un bono del Estado, excepto los que tengan pensión.
¿Cómo debe ser la reforma tributaria?
Debe ser basada en la eliminación de beneficios tributarios. Hay algunos sectores a los que les encanta reducir el IVA, pero creo que deben ser los beneficios de renta. En el caso de las personas naturales hay muchos beneficios, especialmente, a empleados públicos, pero también a particulares, incluyendo que todas las pensiones son exentas de impuestos. En otros países las cotizaciones sí son exentas, pero no la pensión. Este Gobierno no se puede deshacer de esa responsabilidad, se debe hacer en 2021.
En el caso del Iva, ¿cómo debe ser?
La cifra de $92 billones deben estar subestimada, no debe incluir todos los beneficios. En el caso del IVA, no estoy seguro de que haya que eliminar todas las exenciones que existen, lo que sí hay que definir es que más estrictamente hablando qué es canasta familiar para mantener unos beneficios. Lo que sí hacen esos beneficios es que el impuesto sea más regresivo.
¿Qué otros aspectos?
También soy partidario de un impuesto al patrimonio más amplio para personas naturales, pero no volvernos a inventar el de personas jurídicas que me parece monstruoso. Y he sido partidario de eliminar los beneficios tributarios que se coincidieron el año pasado, que eso cuesta bastante plata, y su justificación es poco clara, como la devolución del impuesto de comercio.
¿Le preocupa el alto nivel de la deuda pública?
Sí me preocupa y por eso soy partidario de una reforma estructural el año entrante y sería mucho peor frenar el gasto público, todo lo contrario. Por ejemplo, la renta básica la vamos a tener que modernizar o ampliar, pero no eliminar. Sin embargo, en la medida en que la base de comparación baja, la tasa de deuda es más alta, y hay una reducción en el costo del financiamiento porque los nuevos créditos son más baratos y todo esto compensa una parte.
Con ese contexto, ¿Colombia podría perder el Grado de Inversión?
No tengo una muy buena evaluación de lo que hacen las calificadoras de riesgo y he sido partidario de obligarlas a que suspendan durante la crisis sus cambios de calificaciones, creo que sería sensato porque no es el momento de estar haciendo calificaciones de riesgo que hagan más difícil el financiamiento de los Gobiernos. Pero como su racionalidad es limitada, sí es posible que nos quiten el Grado de Inversión.
¿Qué opina del espaldarazo del Gobierno a la postulación de Mauricio Claver-Carone como presidente del BID?
He sido partidario de que se respete el acuerdo histórico implícito de que el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sea latinoamericano y así debe ser. Es mucho más fácil construir consensos regionales así, Por eso estoy totalmente en desacuerdo con el Gobierno colombiano de apoyar la candidatura de un estadounidense.
EL PERFIL
José Antonio Ocampo es economista y sociólogo de la Universidad de Notre Dame (EE.UU.) y doctor en economía en la Universidad de Yale (EE.UU.). Hasta 2007 fue Secretario General adjunto de las Naciones Unidas para Asuntos Económicos y Sociales; dirigió el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (Desa) y presidió el Comité Ejecutivo de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU; y fue secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. En Colombia fue ministro de Hacienda y de Agricultura, director del DNP y codirector del Banco de la República.