Hacienda

Esta es la receta que proponen algunos excodirectores y decanos para bajar inflación

Una vía puede ser la de aumentar la producción, la reducción de costos y disminuir los aranceles. También está la competitividad

Juliana Trujillo Velásquez

Desde 2021 inició el ciclo inflacionario y de alza de tasas en el país, el cual no se veía desde la crisis económica de 1999. En la última Junta, el Banco de la República (Banco de la República) ubicó la tasa en un nivel de 13%. Pese a esto, la inflación siguió creciendo, y en el último boletín del Dane llegó a un nivel de 13,34% anual. Este comportamiento ha hecho que se ponga en duda la efectividad del manejo de tasas para hacer frente a la inflación.

Hay que resaltar que esta estrategia no solo ha sido adoptada a nivel nacional, sino internacional. De hecho, en el marco de las reuniones de primavera, la directora del FMI, Kristalina Georgieva, anunció que las perspectivas de crecimiento para los próximos cinco años girarían en torno a 3%, debido al aumento de tasas.

Si bien este es el instrumento por excelencia para enfrentar el aumento de precios, Catherine Pereira, decana de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de la Sabana, explicó que otras herramientas para atender este índice son “controlar la cantidad de dinero en circulación, influenciar precios hacia la baja en el mediano y largo plazo a través del fomento a la competitividad y el control de precios”.

Teniendo eso en cuenta, para elegir cuál mecanismo hay que usar, se debe identificar si la inflación se generó producto de un choque en la oferta o en la demanda. José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda, explicó que “la inflación de demanda se genera cuando la demanda está por encima de la oferta. Para este caso, se aumenta la tasa de interés para restringir la capacidad de demanda”. En cambio, si se trata de una inflación de oferta, Restrepo afirmó que se debe intentar reducir los costos, por medio de la reducción de aranceles, o aumentando la producción y competitividad. Esto porque la mayor disponibilidad de productos en la economía baja los precios.

LOS CONTRASTES

  • María Mercedes CuéllarExcodirectora del Banco de la República

    “Algo que puede ayudar es reducir el gasto del Gobierno. Mejorar la situación fiscal puede ayudar. Generar un superávit fiscal evita tener una inflación disparada”.

En esa misma línea, Juan Camilo Restrepo, exministro de Hacienda, agregó que “se puede restringir la oferta monetaria por otras vías, por ejemplo, encajes bancarios”.

En adición a lo argumentado por los expertos, Juan José Echavarría, excodirector del Emisor, enfatizó en que parte del problema es que la única herramienta que tiene el Emisor es el manejo de tasas. Desde el Gobierno, entonces, se podrían implementar medidas efectivas como la apertura de la economía. “Si el Gobierno bajara los aranceles y dejara de proteger la economía, inmediatamente los precios bajarían”, dijo. También comentó que desde el ejecutivo se pueden realizar programas que impulsen la oferta.

Llevando estas herramientas al contexto nacional, Miguel Gómez, decano de la Universidad del Rosario, dijo que aunque parte de la inflación se debe a efectos internacionales, a nivel interno se ha presentado “un incremento en costos derivados de la ineficiencia de nuestras vías, puertos, aeropuertos, lo cual equivale a un arancel interno, en otras palabras, a un sobrecosto que se traduce en los precios finales.Cada puente que se cae, cada carretera que se cierra tiene un enorme impacto en los precios”.

Otro problema que identificó el experto es el de los costos de los servicios públicos. “Muchas de las tarifas de los servicios públicos están por encima de los objetivos de la política anti-inflacionaria. No es fácil bajar estos precios porque muchas de las estructuras de costos de las empresas de servicios no son óptimos”, señaló. Por esto, César Tamayo, decano de la Escuela de Finanzas, Economía y Gobierno de la Universidad Eafit, propone que se debe incrementar la oferta disponible de aquellos bienes más críticos.

“Se debe traer más competencia y oferentes en algunos sectores. En el sector del transporte, por ejemplo, el cual es uno de los que más afecta al incremento de precios. Se debe tener disponibilidad y oferta a plataformas de transporte que puedan ofrecer los servicios a un buen costo”, señaló.

Otros mercados como el de fertilizantes, que se caracterizan por sus restricciones a la oferta, se pueden potenciar, ya sea con más importaciones, o aumentando la producción nacional.

Otra alternativa es la de reducir el déficit fiscal mediante la reducción del gasto público. María Mercedes Cuéllar, excodirectora del Emisor, señaló que “reducir el gasto del Gobierno puede prevenir la inflación. Al momento no se ha logrado controlar el IPC, en la medida que siga presionando la inflación se va a afectar el crédito, además de desacelerar la economía”.

Por su parte, el también excodirector, Salomón Kalmanovitz, coincidió y agregó que un factor que puede atender la inflación es evitar la devaluación de la tasa de cambio. “Lo mejor que se puede hacer es dar confianza a los inversionistas nacionales e internacionales para que la tasa se mantenga sólida”, señaló.

Lo que más jalona el IPC son los alimentos

Aunque en el último boletín del Dane, la inflación en este rubro bajó y se ubicó en 21,81%, sigue siendo el sector que más jalona la inflación. Es materia de preocupación para el Gobierno y gremios, que pese a que el país tiene el potencial de convertirse en despensa de alimentos agrícolas, productos como las frutas aumentaron sus precios en 9,69% en marzo. Ante este panorama, entidades como SAC y la Andi se reunirán con la administración Petro para diseñar medidas que se puedan implementar para atajar el aumento en el precio de los alimentos

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