Estas son las propuestas de candidatos presidenciales para controlar deuda externa
martes, 12 de abril de 2022
El próximo gobierno debe aumentar el recaudo, promover el ahorro y la inversión, además de apostar por la productividad
El Banco de la República dio a conocer que durante el primer mes del año, la deuda externa alcanzó US$171.954 millones. La cifra representa 50,2% del PIB. Esto significa una disminución si se toma en cuenta que durante diciembre del año pasado representaba 54,6% del PIB.
Según los analistas, este tema es una de las mayores preocupaciones y un desafío económico, ya que el reto que supone afrontar la deuda externa pondrá a prueba al próximo ocupante de la Casa de Nariño.
Algunos de los candidatos aseguran que hay que mantener responsabilidad fiscal y encontrar caminos para una mayor productividad y un gasto públicos más responsable.
Carlos Sepúlveda, decano de economía de la Universidad del Rosario, sostiene que la deuda corresponde a las necesidades de gasto que como sociedad incurrimos. El país, según el experto, tiene retos en materia estructural y debe promover el ahorro y la inversión.
“Tenemos que ver la forma en que logramos los recursos para pagar en mediano y largo plazo. Tenemos grandes retos y riesgos profundos”, aseguró.
Según Raúl Ávila, docente de la Universidad Nacional, el próximo presidente de Colombia debe tener una serie de recursos económicos obtenidos de dos fuentes. La primera es el recaudo, razón por la que una reforma tributaria podría ser necesaria para mantener los ingresos del Estado. “El recaudo está a buen ritmo y hay menos evasión. Se debe mantener el tema de aumento de ingresos para pagar la deuda que se tiene y mantenerla a raya para no acrecentarla más”, dijo el experto.
Ávila aseguró que el endeudamiento también será influenciado por el candidato que gané en las urnas, pues para el otorgamiento de créditos se toma en cuenta el riesgo-país que dependerá del aspirante que sea el próximo mandatario. “El riesgo puede aumentar según la victoria de x o y candidato y eso podría encarecer la deuda”, aseguró.
El experto afirmó que el país también deberá apuntar a aumentar el nivel de los recursos minero energéticos, pues dependemos del “buen momento” de materias como el petróleo y el carbón, los cuales dejan importantes ingresos al Estado a través de las regalías.
Sepúlveda aseguró que el país debe, durante los siguientes cuatro años, promover el ahorro y la inversión: una estructura eficiente de ingresos y gastos permitiría la sostenibilidad de la deuda. Cuando se le cuestionó sobre el impacto de la pandemia, aseguró que generó necesidades de gasto para la atención de personas vulnerables. Los programas de subsidios para la creación de empleo, por ejemplo, fueron implementados con la capacidad de deuda de la nación.
Algunos de los candidatos han propuesto que una mayor productividad de la economía cerraría parte de la brecha de endeudamiento del país. Sobre esta afirmación, Ávila aseguró que el gasto no es un tema estático, sino dinámico, tal como ocurre en un hogar. De esta manera, si hay gastos y no se generan ingresos, habrá mayor endeudamiento.
“La productividad genera mayor ingreso y eso significa que no hay que endeudarse porque el país puede cubrir las obligaciones con la generación propia de bienes y servicios”, aseguró el economista. Sobre este punto, Sepúlveda agregó que hay un mal equilibrio y poca producción. Es necesario encontrar una manera en que los factores de producción estén mejor asignados para generar productividad, lo cual repercute en mayores ingresos para el Estado.
Asimismo, el Gobierno deberá buscar que el gasto sea más eficiente y efectivo. La solución de la deuda externa es el resultado de varios factores económicos.
El impacto de la pandemia en la deuda externa de Colombia
Los analistas aseguran que la deuda fiscal del país puede equipararse al gasto dentro de un hogar: a mayor gasto y menores ingresos, más necesidad de endeudamiento. Con la llegada de la pandemia, la deuda aumentó con al fin de cubrir el gasto social y fiscal de la Nación. De esta manera, no hubo una destinación específica para los recursos, sino que el Gobierno tuvo que cubrir los costos en materia laboral, educacional y de pensiones, además de pensar en costos adicionales como la compra de vacunas.