Ambiente

Estudio demostró que ganadería afecta más a la selva amazónica que cultivos de coca

Greenpeace

En 2018 los ranchos ganaderos talaron más de tres millones de hectáreas mientras que para ese mismo año solo 45.000 hectáreas fueron taladas para coca

Cristina Estrada Rudas

Un estudio realizado por la Universidad del Tolima, y publicado por el medio The Guardian, demostró que durante las últimas cuatro décadas la ganadería ha provocado más destrucción de la Amazonía colombiana que los cultivos de coca.

Usando un algoritmo de aprendizaje profundo para diferenciar entre la tierra utilizada para la coca y la ganadería, Pablo Murillo Sandoval de la Universidad del Tolima y quien dirigió el estudio, pudo distinguir por primera vez entre las actividades a gran escala desde 1985 hasta 2019.

El académico encontró que aunque los ranchos ganaderos talaron más de tres millones de hectáreas (7,4 millones de acres) de selva amazónica en 2018, el impacto de la coca fue insignificante pues solo 45.000 hectáreas (111.200 acres) fueron taladas para cultivo de coca en ese mismo año.

“Queremos erradicar finalmente esta narrativa de que la coca es el motor de la deforestación”, dijo Murillo Sandoval.

Mientras que Angélica Rojas, de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, destacó que “siempre se ha cuestionado el argumento del gobierno de que la coca estaba impulsando la deforestación, pero carecíamos de evidencia, ahora tenemos datos reales con los que podemos oponernos a este error”.

El estudio también puso en evidencia que a pesar de los esfuerzos realizados en la “guerra contra las drogas”, Colombia no ha logrado detener la producción de coca y, en algunos casos, incluso puede haberla empeorado.

Cuando los agricultores erradican sus cultivos, simplemente establecen nuevas parcelas, a menudo unos pocos kilómetros más adentro del bosque, dijo Murillo. “La guerra contra las drogas comenzó hace 40 años, pero todos saben dónde está la coca: en el mismo lugar donde siempre han estado”.

Actividades ilegales y la selva
Se estima que más de 40% de la deforestación en todo el mundo está ligada a actividades ilegales, vinculadas a la tala ilegal para la agricultura comercial y productos agrícolas como ganadería, la madera tropical, la palma aceitera, la soja, así como el cultivo de cultivos ilícitos como la coca.

Pero, a pesar de los esfuerzos aun es difícil identificar y caracterizar claramente cambios específicos en el uso de la tierra como “ilícitos”, pues según diferentes investigaciones, las tecnologías de observación de la Tierra ofrecen la capacidad de monitorear los cambios en el uso de la tierra asociados con estas actividades consecuentes, pero no son precisos.

Por ejemplo, y según explicó el documento, la expansión en el posconflicto del cultivo de coca y la ganadería ilícita siempre se está tratando de ocultar por las personas involucradas en actividades ilícitas. Posteriormente, las actividades ilícitas no están bien documentadas en datos de acceso público, lo que dificulta conectarlas con los cambios en la cobertura del suelo observables por teledetección.

Estas, entonces pueden exhibir patrones de paisaje similares a los de las actividades legítimas, lo que dificulta la detección y diferenciación de las actividades ilícitas de otros tipos de uso de la tierra.

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