Gobierno Nacional se alista para presentar en la legislatura otra reforma tributaria

El Gobierno Nacional se está preparando para presentar ante el Congreso de la República la propuesta de reactivación económica, una serie de paquetes que, de acuerdo con el Ministerio de Hacienda, buscan darle el empuje vital a la actividad económica. Sin embargo, aún los detalles no están claros.

Vale la pena recordar que la actividad económica de Colombia viene registrando una disminución paulatina en los últimos años, con un crecimiento de apenas 0,3% en 2023 y de 0,7% en el primer trimestre de 2024.

Además, aunque las cifras hayan mejorado en abril y mayo, lo cual probablemente impacte positivamente el segundo trimestre, todavía están presentes algunas condiciones que el Gobierno señala como las responsables del bajo desempeño, como lo es la tasa de interés que sigue en 11,75%.

El propio ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, aseguró que este paquete, que incluye una especie de reforma tributaria, sería presentado en dos semanas, luego de que se radique el Presupuesto General de la Nación 2025 el próximo 29 de julio. Este documento, a su vez, podría dar señales sobre los documentos de reactivación, una vez sea presentado.

Además del PGN, Hacienda confirmó que presentará una ley de financiamiento para mitigar la caída de la inversión por los recientes recortes de caja.

“(La propuesta de ley de financiamiento) tiene que radicarse con posterioridad a la ley de presupuesto, no puede ser antes, si va ligado al tema presupuestal. Estos se tiene que radicar el 29 de julio y días después se radicará los otro”, complementó Bonilla durante una rueda de prensa.

No obstante, esto representa un retraso de al menos nueve días, toda vez que se había asegurado desde la cartera que las iniciativas se radicarían en su conjunto este sábado 20 de julio, cuando reinicie la tercera legislatura.

¿Cómo será la reactivación?

Recientemente, el ministro Bonilla había anunciado que el proyecto de reactivación consiste en ejes claves, entre los que resaltan la modificación de la regla fiscal; convergencia del impuesto al carbono; exclusión de IVA para bienes y servicios de producción local y el apalancamiento del Grupo Bicentenario en la obtención de crédito.

Posteriormente, el Departamento Nacional de Planeación, DNP, había asegurado que la conectividad, la energía, el campo y la vivienda serían ejes fundamentales.

David Cubides, director de investigaciones económicas de Alianza Valores, comentó que, al igual que en propuestas anteriores, sería un acierto incluir a la vivienda y a la construcción.

“Programas enfocados a una mejoría en el subsector de vivienda y en el sector de infraestructura, ambos dentro de construcción, tienden a ayudar a que sea un proceso rápido ajuste a la economía de tal manera que en ese sentido un plan de reactivación podría volver a incluir al sector construcción como se hizo en planes del pasado”, argumentó el analista.

¿Y la confianza?

José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda y rector de la Universidad EIA, dijo que la confianza debería ser una de las principales apuestas del plan de reactivación, toda vez que es una de las condiciones más mermadas de los últimos meses, por los anuncios gubernamentales que la erosionan.

“Debería ser una serie de recomendaciones a través de las cuales se va a construir esa confianza, porque hoy hay un deterioro de confianza y de incertidumbre en decisiones de política pública”, puntualizó.

En segundo lugar, explicó el académico, se debe explicar cómo será la estrategia para un acuerdo nacional con el sector productivo, una propuesta que el Gobierno lanzó en el pasado, pero de la cual quedan sombras.

Finalmente, la propuesta de reactivación debería incluir estrategias de corto plazo para revertir la situación de sectores vitales como la industria, con especial énfasis en la política de reindustrilización.

¿Por dónde va la tributaria?

Además de los proyectos e iniciativas que buscan ajustar el IVA o entregar beneficios tributarios a ciertos sectores, lo cierto es que el Gobierno sí pretende buscar ingresos adicionales en una nueva reforma tributaria, que sería la tercera en el corto historial.

El eje central de la reforma tributaria estará enfocado en la reducción de la renta corporativa de forma progresiva de 35% a 30%, algo que reconoció, tendría un impacto en el recaudo. No obstante, aseguró que no se tocará el impuesto de personas naturales, algo que los analistas piden tomar con diferencias.

“Una propuesta que busque ampliar la base gravable y que disminuir la carga a las empresas iría en la dirección adecuada, teniendo en cuenta el nivel de recaudo que en estos últimos meses ha tenido problemas para cumplir las expectativas”, aseguró Cubides.

Sin embargo, el presidente de la Andi, Bruce Mac Master, alertó que esta iniciativa podría derivar en una nueva recesión.

“Si se produjera una reforma que redujera aún más el ingreso de los hogares, o afecte a la actividad estaríamos abocados a una recesión económica”, aseguró Mac Master.

El líder gremial recordó que desde 2022 las proyecciones preveían que la reforma tributaria conduciría a que la economía se iba a afectar en razón de las nuevas medidas planteadas.

A esta observación se suma Juan David Robayo, economista senior de Itaú Colombia. “ Esto se piensa hacer en un contexto complejo, donde los niveles de recaudo han venido sorprendiendo a la baja y el Gobierno necesita incrementar sus ingresos para lograr cumplir con su programa y las metas fiscales. La intención va en dirección correcta, pero no es el mejor momento”, reconoció.

¿Qué busca la propuesta de la segunda reforma tributaria?

José Manuel Restrepo, rector de la Universidad EIA, dijo que un buen análisis debe cuestionarse qué busca el proyecto de reforma tributaria. “En esta reforma, desafortunadamente, no hay claridad. Por un lado se habla de ley de financiamiento también, pero eso es distinto. De ser así, busca financiar presupuestos del 2025 y simultáneamente bajar la tasa corporativa?”, cuestionó Restrepo.

El analista agregó que no tiene claro de dónde saldrían los futuros recursos si tras el recorte no queda certeza de cómo se cumplirían con el dinero comprometido.