Economía

Importantes aciertos, grandes retos

Menzel Amín Avendaño

El pasado 9º Congreso de la CCI, organizado con gran éxito por la Cámara, dejó importantes conclusiones sobre la actualidad que vive el sector de infraestructura a nivel nacional.

Por una parte evidenció que existe una total disposición, tanto del Gobierno como de los privados, de invertir y destinar recursos para mejorar la competitividad del país a través de la construcción de infraestructura. Pero por otra parte demostró que para lograr avances y agilidad en la obras que todos deseamos, aún hay importantes ajustes que deben realizarse.

Concesionarios, empresas constructoras, bancas de inversión y consultores, vieron con optimismo la presencia de la Ministra de Transporte, sus Viceministros y el Presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura, durante los tres días que duró el encuentro.

Así mismo, con el fin de mejorar el penoso lugar que ocupa Colombia en los diferentes índices de competitividad e infraestructura a nivel internacional, también celebramos las intervenciones realizadas por los funcionarios donde reafirmaron la intención del ejecutivo de aumentar a 3% del PIB el monto de los recursos destinados para desarrollar proyectos viales, férreos, portuarios y aeroportuarios, así como su compromiso de incentivar la presencia de privados en este tipo de proyectos.

Invertir $40 billones en infraestructura los próximos años es algo que no tiene precedentes a nivel nacional. Cómo muy bien lo señaló la Ministra, es más dinero que el invertido en todas las concesiones adjudicadas hasta el momento en el país. Sin duda excelentes noticias para el crecimiento nacional y el noble objetivo del presidente Juan Manuel Santos de generar empleo.

Sin embargo, con el fin de garantizar un uso efectivo y eficaz de los recursos, varios conferencistas, como es el caso de Roberto Steiner, miembro de la comisión de infraestructura, y Leonardo Villar, director de Fedesarrollo, reiteraron la importancia y necesidad de hacer ajustes a los procesos de gestión predial y de licenciamiento ambiental. Dos amenazas directas para una construcción ágil de obras.

Aunque la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (Anla) ha hecho esfuerzos en mejorar los tiempos en los trámites de las licencias, especialmente por mejoras institucionales, gestión que debemos reconocerle a la actual directora, Luz Helena Sarmiento, aún es un proceso demorado que no cuenta con la coordinación institucional intragubernamental necesaria para dar garantías a los inversionistas.

Igualmente, “procesos como el de consultas previas, que requiere de un trabajo coordinado de varias instituciones, no cuentan con un procedimiento claro y equilibrado que permita el desarrollo ágil de los proyectos”, tal como lo mencionó Roberto Steiner en las conclusiones de su presentación.

En cuanto al tema predial, no es un secreto que esta es la piedra en el zapato, y que en general todas las concesiones a nivel nacional han tenido inconvenientes con los procesos de compra y entrega anticipada de los mismos. En consecuencia, es imperativo que el Gobierno Nacional desarrolle los mecanismos y cree las condiciones necesarias para que el proceso de entrega y expropiación sea más ágil y que de esta manera los privados puedan desarrollar las obras en el menor tiempo posible.

No está bien que actualmente se demoren más tiempo los procesos administrativos y de licenciamiento que la construcción misma de las obras. Para el caso puntual de la construcción del segundo anillo vial de Montería, que se podría terminar en su totalidad en 12 meses, el proceso predial lleva aproximadamente 30 meses sin haber logrado la adquisición del 100% de los predios necesarios.

Aunque aún hay mucho trabajo por hacer para mejorar las condiciones del sector, hay factores que permiten ilusionarse sobre el futuro de la infraestructura nacional. El Gobierno no sólo ha abierto las puertas a través de unas mesas de diálogo con la Ministra, sino que está dando buenas señales para trabajar mancomunadamente entre los actores interesados.

Sin duda un trabajo entre concesionarios, inversionistas internacionales, autoridades estatales y demás actores es indispensable, como lo ha mencionado la Ministra, para que despegue el tren bala de la infraestructura.