Inflación y dólar afectan la confianza, que cerró en -27,8% en su última medición
martes, 14 de marzo de 2023
El indicador de los consumidores, que mide Fedesarrollo, se mantiene en terreno pesimista; y el resultado es el segundo más bajo desde la medición de mayo de 2021
En febrero, la confianza de los consumidores mejoró levemente, pasando de -28,6% en enero a -27,8% en la última medición de la encuesta de Fedesarrollo. Aunque hubo un aumentó 0,8 puntos porcentuales, este es el segundo balance más bajo registrado desde mayo de 2021.
Para los expertos, estos bajos niveles en la confianza de los consumidores se explican por los altos niveles de inflación, el alza en las tasas de interés y la volatilidad de la tasa de cambio.
“La inflación sigue pasando factura, con niveles máximos desde 1999; tasas de interés bastante elevadas, que siguen pasándole la cuenta de cobro a los consumidores; y niveles de tasa de cambio que históricamente han estado relacionados con un deterioro de la confianza, afectando la disposición a comprar bienes durables”, indicó David Cubides, director de investigaciones económicas de Alianza Valores.
Para Juan Camilo Pardo, analista económico de Corficolombiana, la caída en las remesas también influye. “El apalancamiento a partir de la deuda empieza a disminuirse, acompañado de un menor flujo de remesas”.
En el segundo mes del año, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) aumentó en dos de las cinco ciudades analizadas frente a enero. En Bogotá, el indicador pasó de -32,5% a -25,7%, mientras que en Barranquilla pasó de -18,5% a -12,6%. Por el contrario, en Medellín (-41,6%), Cali (-28,8%) y Bucaramanga (-24,5%) cayó la confianza.
Por nivel socioeconómico, el índice solo aumentó en el medio. Mientras que se evidenció una disminución de 1,1 puntos porcentuales (pps) en el estrato bajo y de 11,6 pps en el estrato alto.
“En general, el índice se sigue manteniendo dentro del territorio pesimista, probablemente jalonado por el aumento de la inflación, las tasas de interés más altas y el debilitamiento del peso”, explicó Carolina Monzón, gerente de investigaciones económicas de Itaú.
La disposición a comprar vivienda aumentó 2,7 pps frente a enero, especialmente impulsado por Bogotá, en donde creció 9,5 pps. En las otras cuatro ciudades analizadas hubo una caída. Por nivel socioeconómico, en el bajo y en el medio aumentó esta misma disposición.
En cuanto a la pregunta de si es un buen o mal momento para comprar bienes como muebles y electrodomésticos, se registró un balance de -53,9%, lo que representa un aumento de 5,4 puntos porcentuales en comparación con el mes anterior.
Los resultados del indicador en lo que va del año, según los expertos, van en línea con las expectativas de desaceleración económica este año. Según las proyecciones del Banco de la República, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2023 sería de 0,2% e, incluso, habría dos trimestres (los dos últimos) con decrecimiento, lo que se conoce como recesión técnica.
“Vemos que estos indicadores adelantados se hablan bien con un escenario de moderación económica como el que estamos esperando este año, en donde vemos un crecimiento por los lados de 1%, después de haber crecido 7,5% el año pasado”, aseguró Cubides, mientras que para Monzón, “esperamos un crecimiento del 0,6 % en 2023, una desaceleración respecto al crecimiento de 2022”.