Inversionistas de 30 países visitaron la zona en la que se construirá el Canal del Dique

Durante la mañana de ayer, con presencia de Marta Lucía Ramírez, vicepresidente y canciller, y de Manuel Felipe Gutiérrez, director de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), cerca de 30 firmas inversionistas internacionales y 20 nacionales recorrieron lo que será el proyecto del Canal del Dique.

Este proyecto ha sido una de las banderas del Gobierno del presidente Iván Duque en materia de inversión, transporte y ambiente. El mandatario ha recalcado en repetidas ocasiones que con él busca devolverle la navegabilidad al río Magdalena y de esta manera generar incentivos para el turismo y, por ende, al crecimiento económico y laboral de todas las zonas aledañas.

Según la vicepresidente, esta obra va a cambiar para bien los proyectos de vida de todas las personas que viven en los municipios ribereños. “Vamos a recuperar el río Magdalena y su navegabilidad sin dejar de lado lo más importante: lo social. Este Canal del Dique va a transformar la vida de las comunidades, generará empleos y dinamizará el turismo”, manifestó la funcionaria.

Luis Jorge Hernández, doctor en salud pública y profesor de la Universidad de Los Andes, afirma que las obras a realizarse sobre el Canal del Dique son necesarias debido a un escenario que ya está ocurriendo: el cambio climático. De no hacerse, afirma, “se afectará la calidad de vida y la salud de la población costera de Bolívar, Atlántico y Sucre”. La recomendación, dijo, es concertar con las comunidades en la gestión y seguimiento del proyecto y de esta manera tener indicadores claros tanto ambientales como de salud.

La construcción de este canal tendrá una inversión cercana a $3,25 billones y se estima que puede llegar a beneficiar a más de 1,5 millones de personas que viven en la zonas aledañas al río Magdalena. Además, el proyecto buscará generar más de 61.000 empleos entre directos e indirectos en la mayor parte de la región Caribe.

A pesar de estos beneficios que se esperan con el proyecto, una parte de la preocupación se centra en las consecuencias ambientales que pueda traer consigo. Esto, debido a la fauna y flora que está presente per sé en este tipo de ecosistemas acuíferos y sus orillas.

Según Carolina Montes, abogada ambientalista y docente de la Universidad Externado, los términos ‘ambientalmente responsable’ pueden ser bastante ambiguos. La minería, por ejemplo, puede ser “ambientalmente responsable” y no por ello deja de generar un impacto ambiental considerable. “Lo mismo sucede en el caso del Canal del Dique”, agregó.

Montes aseguró que los riesgos de intervenir los ecosistemas pueden ser de todos los tipos y las dinámicas ambientales, en algunas ocasiones, son impredecibles.

Este riesgo aumenta cuando se cuenta con la posibilidad de que las embarcaciones vuelvan a esta zona alta del río y con ellas se espera que no sólo se comience a dinamizar el comercio fluvial y pesquero, sino también el turismo con la entrada de nuevos vehículos marítimos de pasajeros e, incluso, cruceros.

Sobre esto, las autoridades han resaltado que el proyecto también cuenta con un fin ambiental.

Según los funcionarios, las obras planteadas buscarán garantizar la navegabilidad por el canal y también tienen por fin la mitigación de los impactos negativos que traen las inundaciones en épocas de invierno, al igual que la restauración los sistemas que se han venido degradando a lo largo de la hidrovía.

Cabe destacar que la publicación de los pliegos definitivos se hizo después de protocolizar 16 procesos de consulta previa con comunidades que se encuentran ubicadas en el área delimitada en que el proyecto tendrá influencia. Esto garantizó la comunicación entre los entes encargados de la adjudicación y las comunidades para la debida socialización del proyecto.

Durante el recorrido del viernes, las 30 firmas que profundizarán más en sus propuestas pudieron conocer de primera mano los cerca de 115 kilómetros por los que se tiene presupuestado que el proyecto se lleve a cabo.