El adiós a la oposición económica con la muerte del exmimistro Guillermo Perry

Guillermo Perry (1945-2019) fue un tecnócrata que llegó por casualidad a la vida pública pero que en poco tiempo se convirtió en uno de los protagonistas principales del desarrollo económico del país gracias a su paso por el Ministerio de Hacienda y de Minas y Energía, para más tarde adentrarse al mundo de la política y de la academia.

Perry, un boyacense formado en Ingeniería Eléctrica en la Universidad de los Andes que acabó estudiando un doctorado en Economía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts de EE.UU., se convirtió en los últimos años en una de las voces más críticas del manejo de la política económica actual, según sus propias palabras, trastocada por la falta de ahorro del Gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010) y del de Juan Manuel Santos (2010-2018) durante la bonanza petrolera.

Incluso, hace un par de meses había publicado su último libro ‘Decidí Contarlo’ en el que relataba cada uno de los entresijos que habían marcado el devenir económico y político de los últimos 50 años y de los que él mismo había sido testigo. En este narra cómo se tomaban las decisiones en las entresalas del poder desde el gobierno de Carlos Lleras Restrepo (1966) hasta el actual de Iván Duque (2018-actualidad), pasando por su decepción en el gabinete de Ernesto Samper (1994-1998).

Y es que además de ser dos veces ministro y de desempeñarse en cargos como el de economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial (1996-2007), fue senador por el Partido Liberal y miembro de la Asamblea Constituyente de 1991 donde contribuyó en temas económicos y sociales.

Adicional a ello, fue cofundador de Fedesarrollo, director del Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico (Cede) de la Universidad de los Andes y profesor visitante en las Universidades de Oxford, Harvard (Kennedy School) y Florencia (Unifi). También, era miembro del Comité Latinoamericano de Asuntos Financieros (Claaf), del Comité de la Regla Fiscal y había sido autor y coautor de más de una veintena de libros académicos.

Era un gran experto tributarista. Con apenas 26 años, le diseñó la reforma de 1974 al expresidente Alfonso López Michelsen (1974-1978). Esta fue establecida vía emergencia económica para controlar la inflación de aquella época y es considerada hoy en día para muchos como una de las normas que realmente fue estructural. Esta introdujo la renta presuntiva sobre el patrimonio y los ingresos.

En 1986 fue nombrado ministro de Minas y Energía por el expresidente Virgilio Barco (1986-1990). En este periodo, impulsó el desarrollo del sector eléctrico del país. Por ejemplo, fue artífice de la masificación del uso del gas en el país y se encargó de impulsar la reactivación de la exploración petrolera que había sufrido un bajonazo en los años anteriores.

Más adelante, en 1994 fue nombrado esta vez por el expresidente Ernesto Samper (1994-1998) como ministro de Hacienda. En su paso por la cartera económica del país implementó una reforma tributaria que permitió adquirir los recursos para llevar a cabo el Plan de Salto Social. Sin embargo, dos años después decidió renunciar a su cargo indignado por el ‘Proceso 8.000’, por el que se acusaba al presidente de haber recibido financiación del narcotráfico del Cartel de Cali para su campaña presidencial, una situación que lo llevó a salir del gobierno. A este, lo sucedió en el cargo el actual codirector del Banco de la República, José Antonio Ocampo.

En adelante, decidió decantarse más por lo técnico, su origen. Trabajó más de una década para el Banco Mundial y se metió de lleno en el mundo de la academia. Antes de fallecer, este 27 de septiembre de 2019 a causa de una afección cardiaca, pasaba su tiempo entre la docencia en Los Andes y los conversatorios en los que le requerían.