"La deuda y el déficit fiscal de Colombia ya no son consistentes con grado de inversión"
viernes, 21 de mayo de 2021
Para Standard and Poor's, el panorama que llevó a que el país tuviera esta calificación se estaba dando incluso antes de pandemia
Standard and Poor’s bajó la calificación crediticia de Colombia de BBB- a BB+. En conversación con LR, Manuel Orozco, analista de la calificadora, explicó que la deuda y el déficit fiscal, acentuado por la pandemia y el retiro de la tributaria, llevaron a que el país perdiera el grado de inversión.
¿Cuáles fueron las razones para bajar la calificación de Colombia?
En nuestra opinión, las expectativas de una deuda del Gobierno en el sentido neto, estabilizándose en 60%, con elevados déficits fiscales para esta época de pospandemia, en el contexto de un perfil económico que es moderado y con debilidad externa, esos niveles de deuda y déficit fiscal ya no son consistentes con grado de inversión.
¿Qué habría sucedido si la hundida reforma tributaria hubiera sido aprobada?
Nuestra expectativa es que la reforma iba a ser diluida, pero que al final iba a haber algo de ingreso estructural adicional para poder enfrentar mayores presiones de gasto. Cuando se retira, en nuestra opinión, son pocas las probabilidades de que las modificaciones estructurales beneficien la economía del país a mediano y largo plazo. Es difícil ver que Colombia pueda volver a construir el espacio fiscal que se perdió en el último año. También señalamos que la pérdida del espacio fiscal fue exacerbada por la pandemia, pero ya había una tendencia de deterioro en los últimos años, en la última década. Eso contribuyó a nuestra expectativa de que el déficit se mantendría relativamente elevado después de la pandemia.
¿Qué podría tener la nueva reforma tributaria para tener un buen resultado en el futuro?
No recomendamos, pero desde nuestra posición creo que las probabilidades de que se termine presentando algo que sea estructural y que agregue ingresos en el largo plazo son poco probables.
¿Los bloqueos tuvieron que ver con la calificación?
Para nosotros lo que ya venía pasando antes de las manifestaciones termina siendo, en este contexto, una muestra de las necesidades de gasto altas y de la ausencia de medidas estructurales de ingreso que terminan dando una perspectiva de deuda consolidada a niveles muy altos y déficits que se mantienen. Todo esto llevó a la baja calificación. En cuanto a las protestas, nuestro escenario base es que Colombia logrará una salida institucional ante esas protestas, que garanticen estabilidad social y política en el mediano y largo plazo.
¿Qué debe hacer Colombia para recuperar su grado de inversión?
Las calificaciones de riesgo hablan sobre diferentes aspectos, no solo de niveles de deuda, sino también de factores que puedan impactar positivamente la calificación. Las acciones que lleven a un crecimiento económico por encima de las expectativas, que hoy son de un rebote de 6% en 2021 y un promedio de crecimiento de 3% para 2022; abonado a medidas estructurales que ayuden a estabilizar la deuda; que creen prospectos de consolidación fiscal en el mediano y largo plazo, y una mejora en las condiciones externas de Colombia, que día de hoy son una debilidad estructural de la calificación, nos podrían llevar a revisar la calificación.
Seguimos acompañando al Banco de la República en términos del manejo de la política monetaria y seguimos sellando aspectos que disminuyen este riesgo externo. Esa mayor profundidad de mercado de crédito y de capitales termina siendo una política monetaria más efectiva a comparación de otros países.
Por último, queda el tema fiscal, por donde está todo lo más relevante para la calificación y donde vemos una necesidad estructural que queda cuando hay presiones de gasto importantes en el mediano y largo plazo. Estamos viendo cómo pueden ser financiadas estructuralmente sin que la deuda se vuelva un tema de dominancia económica.
¿Cuál es el panorama del grado de inversión en América Latina?
En los países de la región estamos esperando un rebote, en general los resultados al último trimestre de 2020 y lo que estamos viendo a inicio de este año, muestran algo superior a la expectativa que teníamos lo cual es un buen signo. Se deben seguir abriendo condiciones externas favorables, las cuales deberían beneficiar el rebote económico de algunas economías. Sin embargo, la pandemia llevando a nuevas cuarentenas y al cierre de la economía, sigue siendo un riesgo presente que seguimos monitoreando.
¿Qué países de la región similares a Colombia, no tienen grado de inversión, sus bonos tienen nota de basura, y conviven con eso muchos años?
No tienen calificaciones en grado de inversión Guatemala, Costa Rica, Paraguay y Bolivia. Estoy hablando de grados diferentes, claramente no es lo mismo tener una calificación en BB+ como una de B, entonces hay países como Brasil en BB-, y en los países que quedan aún en grado de inversión superior a BBB- están Chile, Uruguay, Perú y Panamá.
¿La calificación no se podía aplazar por la pandemia?
En el caso específico de Colombia y la región, lo que estamos viendo en la pandemia y su impacto es que hay muchos indicadores de riesgo que empeoraron hace un año y nuestra posición fue de cautela y de intentar entender qué impacto estructural da la pandemia en los diferentes países. En el caso de Colombia, desde 2017 estábamos señalando que los indicadores crediticios estaban ya por sí solos debajo del grado de inversión, y estábamos esperando cómo evolucionaban temas fiscales y externos que por la pandemia sufrieron mucho. Por eso es difícil ver una recuperación más acelerada y constante con grado de inversión, estamos viendo resultados estructurales y reaccionamos a esos resultados.