La guayaba, en vía de extinción
domingo, 12 de octubre de 2014
Colprensa
Desde hace cerca de tres años sus cultivos empezaron a ser diezmados por una plaga que literalmente está secando los árboles y amenaza con borrar del mapa agrícola de ese municipio a uno de los productos tradicionales de su economía: la guayaba.
La magnitud de los estragos de una plaga que el ICA ha identificado como “La Mota Blanca de la Guayaba” es evidente en todas las fincas de la vereda.
José Pinto Hoyos es uno de los productores afectados y en medio de su cultivo, con numerosos árboles de guayaba secos o a punto de morir, narró el paso devastador de la plaga.
“En mi finca detectamos la plaga hace como tres años. El ICA ha estado acá en 2 ó 3 oportunidades asesorándonos, pero hasta ahora no hemos conocido una solución definitiva que nos permita erradicar la plaga y recuperar nuestros cultivos”, asegura Pinto, un experimentado agricultor.
Pinto o “El Niño Pinto” como le conocen en la vereda tiene unos 200 árboles de guayaba en su finca. “La mitad están muertos y la otra mitad medio vivos”.
Los estragos de la plaga deja un balance desalentador. Antes de su aparición, Pinto lograba recoger cerca de 80 canastillas de guayaba al día, las cuales despachaba a los mercados de Cartagena y Barranquilla. Hoy, en plena cosecha de octubre / noviembre, las jornadas de recolección solo dejan 5 ó 6 canastillas cada dos días.
En las épocas prósperas, una canastilla de esa fruta se vendía en Cartagena entre 7 y 10 mil pesos. La abundancia del producto hacía descender los precios. Hoy, ante la menor oferta, los precios pueden alcanzar hasta los 16 mil pesos por canastilla, pero la realidad es que no hay fruta, no se produce la fruta en los volúmenes acostumbrados.
En esta zona de Santa Rosa de Lima se cultiva la guayaba criolla y la zapote roja.
LOS CONTROLES
Tras las asesorías del ICA, los productores de Paiva han practicado muchas fórmulas para erradicar la plaga. Desde plaguicidas, pasando por detergentes y urea, pero “nada funciona”, dice “El Niño Pinto”.
En su finca se observan los estragos de “La Mota Blanca de la Guayaba”. Árboles secos en pie o en tierra, pero en algunos de ellos hay algo que llama la atención de este labriego. Las hormigas, de las que en la zona le llaman “vaqueras”, han armado nidos sobre los árboles de guayaba y curiosamente donde están estos nidos los árboles sobreviven a la plaga. Pareciera que las hormigas actúan como “plaguicidas” naturales.
La cosecha de guayaba está en la mitad de su temporada, pero en Paiva todos añoran aquellas épocas en que el desfile de canastillas de esa fruta por la trocha que une a esa vereda con la carretera de La Cordialidad dejaba una estela con olor, color y sabor a guayaba, una fruta en vía de extinción.
Área afectada
En Bolívar los árboles de guayaba afectados están en traspatios y cultivos de frutales dispersos por lo que no se tiene un área en hectáreas definida. Los estimativos del ICA señalan que puede ser una área de 15.500 hectáreas, área que comparte con sembrados de mango, guanábana, cítricos y otros.
La plaga se propaga transportando material vegetal infestado, por personas que manipulan o trabajan en el cultivo y los fenómenos naturales que han habido en la zona como los vendavales e inundaciones.
Los municipios productores de guayaba en Bolívar son: Santa Rosa de Lima, Clemencia, Villanueva, Marialabaja, Mahates y los municipios de los Montes de María.
La plaga
Según Fernel Mendoza Suárez, Profesional Universitario Líder Proyectos Palma-Frutales del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), “La Mota Blanca de la Guayaba” se detectó a finales de 2011. El primer foco se presentó en el departamento del Atlántico.
La plaga causa secamiento de ramas, hojas y frutos. A principios de 2012 se detectó en los límites de Atlántico y Bolívar, entre las poblaciones de Los Pendales y Santa Catalina, por lo cual el ICA empezó a realizar monitoreo y toma de muestras para su identificación.
La formación de motas blancas se da en el tallo principal y ramas sobre todo en la parte más sombreada y en las exfoliaciones o desprendimiento de la corteza, característico en la guayaba. La plaga se ha encontrado atacando solamente la especie guayaba, en el tallo, hojas y frutos, señala un informe del ICA.
En Bolívar la plaga se extendió hasta El Carmen de Bolívar, en la zona de la Troncal de Occidente, al igual que y hasta los límites con Sucre, en la variante a San Onofre.
No hay antecedentes de esta plaga en el Departamento. Se dice que entró al país posiblemente por la frontera con Venezuela ya que en ese país existe desde hace largo tiempo.
Acciones del ICA
El ICA como primera medida realizó monitoreo en toda la zona y se tomaron muestras del insecto para su identificación; posterior a la identificación como se trata de una plaga nueva nunca antes presente, se realizaron aplicaciones en cultivos establecidos en el departamento del Atlántico con insecticidas biológicos y productos formulados con base en los ingredientes activos Imidacloprid y Lambdacialothrina, mostrando estos últimos eficacia en el control de la plaga.
El 22 de agosto de 2014, el ICA expidió la resolución N° 2542 en donde declara la Emergencia Fitosanitaria en los departamentos del Atlántico y Bolívar por la presencia de la plaga conocida como Mota Blanca (Capulinia sp) en los cultivos de guayaba.