La población de los estratos 1, 2 y 3 utiliza seis de cada 10 vehículos en circulación

La reforma tributaria pretende recaudar $26,2 billones y uno de los rubros en los que se concentraría es en la aplicación plena de un IVA de 19% a los combustibles fósiles, es decir, a la gasolina y el diésel. El recaudo proyectado por el Ministerio de Hacienda con esta medida sería de $2,6 billones en 2025, aumentando a $7,2 billones en 2028 y a $7,7 billones en 2029.

“Le ponemos impuestos a la gasolina, sí, pero el pobre no usa casi gasolina, el que más usa gasolina es el de las cuatro puertas”, dijo el presidente Petro.

Aunque el Gobierno ha reiterado que no desea gravar la canasta básica de los hogares, varios analistas sostienen que los impuestos a los energéticos son equivalentes a hacerlo. Según explicó Sergio Cabrales, profesor de la Universidad de los Andes y experto en energía, 60% de los vehículos están en manos de los estratos bajos y medios. En el caso de las motos, 95% también pertenecen a este segmento.

Solo 5% de los automóviles y 0,4% de las motocicletas están en manos de los hogares de mayores ingresos. Esto evidencia que, si se grava con más impuestos la gasolina y el diesel, el impacto recaería directamente sobre la canasta energética de la población más vulnerable.

Cabrales agregó que la mitad de los hogares posee un carro o una motocicleta, siendo el medio de transporte más común para ir de la casa al trabajo, por lo que este impuesto sí tendría un efecto regresivo.

El analista también proyectó un incremento en los precios de la gasolina con esta medida, la cual alcanzaría $17.300 por galón en 2026 (6,4% más) y $18.300 en 2027 (12,5% más).

Advirtió que habría aumentos en el ingreso al productor, en el alcohol carburante, que se mezcla con la gasolina para vehículos, y en el impuesto al carbono. Todo esto, en conjunto, encarecería aún más las referencias de los combustibles, y con ello, la movilidad de millones de personas y hogares.

“Los combustibles son una porción más importante de la canasta final para las personas de bajos ingresos que para las de altos ingresos, independientemente del vehículo que utilicen”, dijo en La FM de RCN, Frank Pearl, presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas, ACP.

La Confederación de Distribuidores Minoristas de Combustibles y Energéticos manifestó que, si bien la medida pretende generar un recaudo de $2,6 billones en 2026 y $7,2 billones antes de 2027, los gravámenes a bienes de primera necesidad en la canasta energética terminarán encareciendo el costo de vida de millones de personas.

Se señaló que 20% de la población colombiana en condiciones de mayor vulnerabilidad gasta cerca de 15% de sus ingresos en la canasta energética, es decir, en gasolina, luz eléctrica y gas; mientras que 20% de la población con los mayores recursos apenas destina entre 2% y 3% del total de sus ingresos.

Para analistas, esto demuestra que los impuestos a la canasta energética pueden ser los más regresivos, es decir, terminarían castigando a los más pobres.

Las empresas del sector también están en vilo, pues en el caso de los petroleros, la carga tributaria que asumirían sería por lo menos de 70%, valor que puede aumentar en virtud de la sobretasa de extracción y la que grava en razón de los precios del crudo en los últimos meses.

Gobierno insiste que tributaria no va a pobres

Tras la radicación del proyecto tributario, el presidente Petro señaló que la población más vulnerable, no se verá impactada, en su canasta básica. “La reforma tributaria va hacia los más ricos del país. Dividendos, disminución de impuestos a empresas, alza en herencias, impuestos por fusiones empresariales, hidrocarburos, solo comestibles venenosos a la salud, vehículos de energías fósiles, reducción de impuestos a las energías limpias”, detalló el mandatario.

No obstante, los expertos han advertido que con la ampliación de la base gravable, cada vez más colombianos se verán afectados, sobre todo los de clase media.