Ambiente

La licitación de la Planta de Aguas Residuales Canoas abrirá en 2019

María Carolina Castill, gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá Alejandro Suárez /La República

Cierre financiero del Ptar, por $4,5 billones, se alcanzó el año pasado

Laura Lucía Becerra Elejalde

El proyecto de limpieza y saneamiento del Río Bogotá dio un nuevo paso ayer, cuando la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAB) y la Alcaldía Mayor anunciaron la apertura de la licitación de la Estación Elevadora Canoas, la cual servirá para bombear 70% de las aguas residuales de la capital a la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (Ptar) Canoas, cuya operación se espera que inicie en 2026.

El distrito indicó que la obra, cuyo cierre financiero se dio el año pasado por $4,5 billones, abrirá su proceso licitatorio el próximo año en el primer semestre, y se espera que para la segunda mitad de 2019 sea adjudicada. Con esta planta se tratarán y revertirán, sin contaminantes, las aguas del Río Bogotá provenientes de las cuencas de los ríos Fucha, Tunjuelito y Tintal.

Para este proyecto, el cual bombeará 38.400 litros de agua residual por segundo, el distrito acordó financiar $2,94 billones, mientras que la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) tendrá a su cargo una inversión de $1,5 billones y la Gobernación del departamento destinará $61.000 millones.

Por otro lado, para la construcción de la Estación Elevadora Canoas, cuyo cierre financiero se dio por $393.000 millones, Emgesa, que será el operador del sistema de la estación de bombeo, aportó $103.000 millones. De parte de la Nación, a través del Ministerio de Vivienda, se desembolsaron $70.000 millones, mientras que la CAR entregó cerca de $20.000 y la Empresa de Acueducto tuvo a su cargo el diferencial de la inversión.

“Lo que estamos viendo es la culminación del sistema de llevado de las aguas sanitarias a través de colectores. Esos colectores son grandes tuberías de alcantarillado que van a recoger el 70% de las aguas de Bogotá y Soacha, el restante 30% se trata en la Ptar del Norte, que es la Ptar salitre”, explicó María Carolina Castillo, gerente del Acueducto.

LOS CONTRASTES

  • María Carolina CastilloGerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá

    “Esta obra nos va a permitir la finalidad multipropósito del saneamiento del río, vamos a recoger las aguas y llevarlas al punto de elevación y posterior tratamiento”.

  • Lucio RubioDirector del grupo Enel

    “Es un proyecto con una complejidad técnica importante, que va a permitir seguir la generación de energía en el Río Bogotá y que sus aguas también puedan ser tratadas”.

Para esta obra, se estima que el cierre financiero se dé el 5 de septiembre de este año, y que para el 28 de ese mes ya esté adjudicado el contrato. Según el distrito, el proyecto beneficiará a cerca de siete millones de personas, pues en esta primera etapa del proceso de limpieza de las aguas de la capital, se podrán reducir los vertimientos contaminantes, mejorando así las condiciones ambientales de la zona.

El alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, calificó como un hito la apertura de la licitación para la Planta Elevadora, que será la primera fase de la descontaminación del Río Bogotá, y aseguró que esto permitirá la construcción a futuro de un corredor verde por las laderas del caudal y facilitará la expansión de nuevos proyectos de vivienda a 2050.

Peñalosa también aseguró que las construcciones permitirán la creación de más de 1.846 empleos directos y 738 indirectos y recordó que esta obra estuvo en vilo por el litigio que se presentó entre el Consorcio Canoas y el Acueducto, tras la liquidación del contrato por presuntas coimas provenientes de la multinacional de construcción brasileña Odebrecht.

Tuneladoras duraron siete años supultadas
La Estación Elevadora no había podido dar inicio a sus obras debido a que dos tuneladoras, cada una de 100 metros de longitud y 500 toneladas de peso, quedaron bajo tierra por siete años. Esta maquinaria se utilizó para la excavación de dos túneles que permitirían los vertimientos de aguas residuales hacia la zona, pero al finalizar el contrato del consorcio quedaron abandonadas, por lo que no se pudo continuar con la construcciones para el tratamiento de aguas de la capital. La administración de Peñalosa invirtió $25.000 millones para sacar las máquinas.

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