Los impuestos a los hidrocarburos pesarán $11,1 billones en la reforma tributaria

En la tarde del jueves, la Cámara de Representantes aprobó la conciliación de la reforma tributaria y con eso el texto quedó a solo una firma del presidente Petro para convertirse en Ley de la República.

Si bien el texto no tuvo muchas modificaciones más allá de lo que se había aprobado en primera instancia en el Senado, pues los artículos derogados fueron el impuesto a las iglesias y la tasa diferencia de renta a las Pyme, sí hubo un cambio considerable en el recaudo.

Tanto los ponentes como los técnicos del ministerio de Hacienda siempre apuntaron a que el recaudo no bajara de entre los $19 billones y $20 billones, principalmente, por las necesidades de caja que tiene el país a corto plazo para sus gastos sociales como para cumplir con las metas de la regla fiscal.

No fue por otra razón que al ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, le parecieron irresponsables las propuestas de algunos sectores políticos, como las que buscaban tarifas de renta diferenciadas y más exenciones para las empresas.

Así las cosas, se espera que la reforma tributaria recaude en su primer año, es decir 2023, $19,73 billones. Para Oliver Pardo, director del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, el plan del Gobierno desde un comienzo fue obtener más plata para los programas sociales que se prometieron en campaña.

“Por esta razón, y si el Gobierno piensa cumplir con todo lo que propuso, es un hecho que no todo el recaudo se va a ir a disminuir el déficit sino al gasto público. En ese sentido, estamos a la espera de una adhesión presupuestal que nos diga en qué se va a gastar esos $20 billones”, dijo.

El subsuelo, protagonista

Más de $11 billones de los $19,73 billones que se recaudarían por las nueva tributaria en 2023, vendrían del impuesto al subsuelo (es decir a todo lo que tiene que ver con la explotación de este) y otros $4 billones vendrían de las personas jurídicas (empresas).

En ambas categorías, con el tiempo, habría un efecto contrario, pues mientras que con el paso de los años el aporte de los impuestos al subsuelo irían disminuyendo paulatinamente, tanto el impuesto a las empresas, como el recaudo bruto aumentarían.

Según lo conocido por LR esto se debe ya que muchos impuestos comenzarían a regir hasta 2024 o 2025 y, por ende, su aporte al recaudo total ‘tardío’ permitiría que se le pueda quitar carga al sector de facto más afectado, el cual es el de los hidrocarburos.

Para Pardo, sin embargo, esto puede tener un aspecto más especulativo ya que en la medida que los precios internacionales del petróleo se estabilicen, su pago de impuestos también caería.

Por ejemplo, el impuesto al carbono solo tendría un recaudo positivo hasta 2026, cuando sería de $70.000 millones. Es el mismo caso de los ambientales, que pasaría de recaudar $86.000 millones en 2023, a $338.000 millones en 2026.

Según Juan Camilo Pardo, analista económico de Corficolombiana, si bien el recaudo es importante, todo dependerá de cómo se gaste esa plata.

“Ahora debemos ver si el Gobierno de Gustavo Petro va a hacer un manejo macroeconómico responsable o si va a usar esa plata para gasto corriente, que si bien puede tener las mejores intenciones, sus consecuencias pueden que no sean las deseadas”, dijo.

Los gravámenes dirigidos a los impuestos saludables, alimentos ultraprocesados y a las bebidas azucaradas no pondrían ni $1 en 2023, pero para 2024 ya sumarían más de $5,7 billones, hasta los casi $8 billones en 2026.

Con solo una pequeña disminución en 2025, que pasa de un recaudo de $20,78 billones en 2024 a $20,32 billones, se espera que para 2026, año en el que terminaría su mandato el presidente Petro, la Ley haya recaudado más de $21,07 billones.