Los planes de desarrollo de las ciudades siguen apostando a extender las ciclorrutas
miércoles, 6 de abril de 2022
Según los documentos, el objetivo de la administración es aumentar la cantidad de ciclorutas diseñadas, mantenidas y construidas
Debido a la pandemia del covid-19, ciudades como Bogotá y Medellín habilitaron vías nuevas para los ciclousuarios con el fin de incentivar este medio de transporte y reducir el riesgo de contagio a través de una aglomeración menor en otros medios masivos.
Bogotá, con cerca de 550 kilómetros, encabeza la lista de las ciudades con ciclorrutas más extensas. A esta le sigue Cali; si bien la administración recibió la ciudad con cerca de 130 kilómetros, al día de hoy ya posee más de 190. La capital de Antioquia cierra el listado con 120 kilómetros.
Según los planes de desarrollo de cada ciudad, su objetivo al finalizar la administración en 2023, es aumentar la cantidad de de ciclorutas diseñadas, mantenidas y construidas. El más ambicioso es el que lidera el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) en Bogotá, el cual quiere cerrar el gobierno con más de 800 kilómetros de vías para ciclistas a través de una inversión superior a los $800.000 millones.
En cuanto a las proyecciones de Cali, la idea es pasar de una red de Ciclo-infraestructura (ciclo rutas integradas al MIO) implementadas de 92 kilómetros, a cerca de 101 para 2023. Esto, mientras que el segmento construido pasará de 29 kilómetros a 110. En el proceso de ampliación, estarán involucradas las secretarias de movilidad, infraestructura y el Metro Cali.
Según Ángela María Orozco, ministra de transporte, estas obras fortalecen la cultura de la bicicleta y deben ir articuladas a los otros medios masivos de transporte. Durante una videoconferencia ayer, la cabeza de la cartera afirmó que "ese último kilómetro entre las troncales de los distintos modos de transporte, debe ser recorrido por los ciudadanos a pie o en cicla", y de allí la importancia de los avances en estos temas.
Adicionalmente, el hecho que las ciudades presenten cada vez un número mayor de ciclorutas, hace que paulatinamente vaya bajando la demanda de otros modos de transporte como los buses, carros particulares y las motocicletas. Esto representaría no solo beneficios en el campo de Salud Pública, sino también en el de movilidad.
Esto, debido a que un menor uso de los sistemas tradicionales de transporte significa una disminución en la circulación de estos que, según Orozco, son los responsables de 12,5% de la producción de gases de efecto invernadero y producen la mayoría del material particulado que es el responsable de las enfermedades Epoc. Por otro lado, la actividad física aumentaría de la mano de un mayor uso de la bicicleta.
Por último, Medellin, que inició su administración actual con cerca de 105 kilómetros de red ciclista diseñados, aspira a llegar a casi 150 para finales de 2023. Por otra parte, la ciclo-infraestructura construida, es decir, la que va articulada a otros medios de transporte, pasará, según el Plan de Desarrollo, de 100 kilómetros a 145.