Los supuestos macroeconómicos que debe saber para planear el presupuesto del próximo año
martes, 15 de septiembre de 2020
Las empresas deben tener en cuenta las previsiones del dólar, crecimiento económico, inflación, inversión extranjera y estímulos fiscales para 2020 y 2021
Juan Sebastian Amaya
El Gobierno y el Congreso de la República ya iniciaron los debates para la estructuración del Presupuesto General de la Nación (PNG) del próximo año, en el que el Ministerio de Hacienda contempló $314 billones para el pago de la deuda, el funcionamiento del Estado y la inversión en los diferentes sectores.
Esta operación cíclica es una señal para que los empresarios también inicien la planeación del presupuesto que manejarán en sus negocios, Pyme o grandes empresas en 2021 y, teniendo en cuenta la crisis fiscal que generó la pandemia, LR le entrega los principales supuestos macroeconómicos que debe sopesar para ello.
Lia Heenan, socia de Global Corporate Advidsory en Crowe, aseguró que es importante tomar como insumo proyecciones macro que afecten el comportamiento de ingresos, costos y gastos de la compañía, y que reflejen el panorama local e internacional para examinar el impacto sobre el plan financiero y de negocios. Estos supuestos permitirán realizar pronósticos sobre el nivel de ventas, costos fijos, proyectos planeados, plan de inversiones e imprevistos que afecten al negocio.
“Planear el presupuesto a partir del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), inflación, tasa de cambio y el comportamiento de la tasa de intervención del Banco de la República. El tamaño de la compañía, el mercado objetivo, proveedores y ubicación también se deben tener en cuenta”, dijo.
En ese sentido, las proyecciones más importantes del Gobierno para este y el próximo año son las siguientes: el PIB caerá 5,5% en 2020 y en 2021 habrá un rebote a 6,6%; la inversión extranjera también bajará 38,5% y subirá 22,5%, respectivamente; el déficit en cuenta corriente (diferencia entre importaciones y exportaciones) subirá este año a 4,8% del PIB, pero en 2021 se recuperará a 3,7%.
Entre tanto, para el cierre de 2020, la inflación (costo de vida), será de 2,4%; el consumo de los hogares caerá 5,7%; la inversión estará en 17,7%; el gasto del Gobierno subirá en 4,1%; el dólar terminará en $3.960 y la deuda pública del país estará en 65,6% del total de la economía.
En términos tributarios, el socio de Jiménez Higuita, Jairo Higuita recordó que el pago de impuestos en 2021 no cambiará debido a que no hubo reforma tributaria este año, por lo que se debe priorizar el cálculo de renta y las devoluciones en IVA a las que tenga lugar.
“Preparar los soportes de devoluciones para solicitarlos lo antes posible para que ayude a compensar el flujo de caja; y acceder a beneficios fiscales por economía naranja, descuentos tributarios por medio ambiente y ciencia y tecnología”, rescató.
El director de Cedetrabajo, Mario Valencia, destacó que hay que evaluar cuáles son los sectores que comenzarán a ver señales de recuperación y cuáles son los estímulos públicos que recibirán, así como enfocar la reactivación en el mercado interno y no en exportaciones.
“Hay que mirar cómo se está comportando la tasa de intermediación del Emisor y las reacciones de la banca privada frente a las tasas de colocación. El dólar siempre es un factor relevante y este ha venido devaluándose por el escenario negativo que todavía persiste a nivel mundial. Esto indica que, en el futuro inmediato, probablemente no se dará una fuerte depreciación del peso colombiano, y que las expectativas de inflación se mantendrán bajas”, complementó.
Finalmente, el director de Carrero Asociados, Nicolás Carrero, mencionó que los empresarios deben evitar realizar transacciones tradicionales en el sistema financiero y erradicar deudas de consumo. “Entre menos movimientos físicos se hagan en los bancos se puede ahorrar el 4x1.000”, explicó.
Priorizar inversiones en tecnología y evitar gastos en infraestructura
En materia de inversión para 2021, los expertos recomiendan prevalecer la búsqueda de digitalización y modernización tecnológica, para evitar al máximo gastos en oficinas, sedes físicas, autos y demás infraestructura, activos que vienen disminuyendo su valor o productividad desde el inicio de la emergencia.
“Hay que buscar valores agregados, negocios cautos, buena capacitación, digitalización, fidelización del cliente y evitar modelos físicos, que son más costosos”, dijo el abogado tributarista Nicolás Carrero.