Economía

"Los TLC no son un problema sino una oportunidad de mercado"

Colprensa

El ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde, habló sobre los retos de la cartera para este 2014, entre los que se encuentran la reestructuración de las líneas de crédito de Finagro y el Banco Agrario, la formalización del acceso a la tierra y los proyectos de formalización de la economía campesina. 

El jefe de la cartera advierte que el problema del campo no son los Tratados de Libre Comercio (TLC) sino que estos son una oportunidad para el surgimiento de la ruralidad en Colombia. Así mismo, anunció que a partir de marzo próximo se radicará en el Congreso el proyecto de baldíos. 

- ¿Cuáles son los retos para este año? 
Para este Ministerio vienen muchos temas desafíos y trabajo. Hay temas que hemos visto y que definitivamente se ha venido expresando en las distintas reuniones que hemos tenido en el país a través del Pacto Nacional Agrario. 

- ¿Cuáles son esos temas? 
El tema del acceso al crédito de los campesinos, los proyectos de acceso a la tierra, la construcción de la vivienda rural y la asistencia técnica para hacer al campo mucho más competitivo. 

- Empecemos con el acceso al crédito, ¿cuáles son las metas allí? 
Hubo situaciones difíciles en los años 2011 y 2012, no solo por el invierno sino por la reducción del precio internacional de las comodities en general, donde el resultado fue una quiebra en la economía agraria campesina y eso ha generado una serie de incumplimientos que definitivamente tienen a muchas familias en una situación dramática, pero también al Banco Agrario y a Finagro. Una de las actividades que estamos trabajando es determinar una estructura de crédito para los pequeños agricultores que no pueden acceder al crédito por las situaciones económicas, que también cobijaría a aquellos que están por fuera del sector financiero por el incumplimiento económico. 

- ¿Es decir están pensando en condonar créditos? 
Tanto así no. No podemos generar una política de no pago, porque si generamos una política de esa naturaleza estos instrumentos que son fundamentales, como el Banco Agrario y Finagro, entrarían en una situación muy crítica y tenderían a desaparecer. De modo que tenemos que modular los créditos cultivo por cultivo, características, tiempos de producción, estructura del crédito, garantías y mercados a los que irán para permitir a los campesinos volver a entrar al flujo normal de la economía, sacar adelante sus cultivos y producir unos resultados buenos. 

- ¿Qué va a pasar en el proyecto de acceso a la tierra? 
Vamos a seguir trabajando en el proyecto de acceso a la tierra porque el país y los campesinos necesitan un proyecto en este sentido. Vamos a trabajar en un proyecto de economía familiar campesina que es importante para que haya unas reglas de juego entre el sector productivo, rural, los consumidores y los mercados internacionales, para que haya unas fórmulas que respondan a situaciones extremas o extraordinarias como lluvias y sequías y a situaciones drásticas en los mercados que permitan que esta economía familiar campesina no se vea afectada por los cambios bruscos que se dan en determinados momentos. Instrumentos aplicables en los momentos definitivos, que no entremos a negociar , sino que estén allí para aplicarlos de forma automática. 

- ¿Hay regiones que van a tener un tratamiento, por así decirlo, especial? 
Hemos identificado varios focos de desarrollo que requieren una atención especial como en la zona de Tumaco (Nariño), Puerto Wilches (Santander), Catatumbo (Norte de Santander) y la Costa Atlántica que requieren un tratamiento del sector agropecuario y piscicola. Queremos recuperar y reordenar la economía de esas zonas junto con el equilibrio social. Vamos a implementar unos modelos de intervención en esas zonas con grandes posibilidades de desarrollo progreso y que desestimulen los cultivos ilícitos que en esas zonas se están fortaleciendo. 

- En materia de vivienda rural ¿de dónde van a salir los recursos? 
Los recursos van a salir en parte de las entidades territoriales, de los recursos de regalías y del presupuesto general. Esos recursos venían siendo aplicados de una forma importante todos los años, pero con el fortalecimiento del presupuesto agrícola y la aplicación del dos por mil pudimos duplicar los recursos que estaban presupuestados para 2014. Este nuevo año más o menos medio billón de pesos se va a invertir en ese rublo. En este cuatrienio se van a entregar por lo menos 120.000 viviendas a los campesinos. 

- ¿Por qué se hace tan importante este programa de vivienda rural? 
Se está haciendo más atractivo para el campesino permanecer en el campo, la política es mandar el mensaje que el campo vale la pena con créditos bien estructurados, vamos a trabajar muy duro y capacitar a la gente para los cultivos, comercialización, empaques para asegurar que esos productos lleguen bien a los mercados que lo requieren. 

- Esta año el campo tiene uno de los presupuestos más grandes ¿cómo se va a invertir? 
Estamos buscando desarrollar proyectos de economía familiar campesina, promoción de la asociatividad, impulso a la comercialización de productos agrícolas, profundizar las alianzas entre asociaciones de agricultura familiar y grandes superficies, lineas de crédito para proyectos que complementen la agricultura que agreguen valor, vamos a trabajar en la formalización de la tenencia y propiedad de la tierra. 

- ¿Qué va a pasar en materia de asistencia técnica? 
En asistencia técnica trabajaremos en función del desarrollo agrícola y comercialización, que permita a los productos salir a los mercados para que los compren. Estamos recogiendo una información muy rica con el Pacto Nacional Agrario, estimularemos la inversión en bienes públicos, inversiones en riego, distritos de riego, en información tecnología e investigación. Vamos a darle el cuerpo que el sector requiere para competir con el exterior. Necesitamos darle al sector a todo una visión empresarial, porque ahí está la posibilidad de lograr los resultados que necesitamos para aumentar el nivel de vida de los campesinos y asegurar que Colombia puede entregar productos que el mundo requiere para su alimentación. 

- Frente a los TLC, que son una de las principales quejas de los campesino, ¿qué se va a hacer? 
Los TLC no son un problema sino una oportunidad de mercado, eso es claro. En este momento se han convertido en la bandera electoral para decir que la agricultura está mal por culpa de ellos, eso no es cierto. Está mal porque tuvimos un invierno muy duro, por una depresión de los precios internacionales y un contrabando que tiene azotada la agricultura, pero no son los TLC. Hay personas que se aprovechan de esas circunstancias para hacer campaña. Si vemos las cifras de importaciones y exportaciones los tratados no nos están generando daño, no debemos esperar a que no lo hagan, tenemos que salir a conquistar esos mercados. Uno de los propósitos para el año es contarle a la agricultura que las posibilidades las tenemos en ciertos cultivos, países y cantidades, preparar al campesino para producir y asumir compromisos de cumplimiento, no solo en los productos sino en las cantidades. Lo que debemos hacer es que esa máquina de riqueza que tenemos en el campo esté aceitada y produzca favorablemente. 

- ¿Qué va a pasar con los subsidios entregados debido al paro agrario? 
Muchos de ellos se dieron por lo que había sufrido la economía agrícola, esos subsidios no se van a mantener para siempre, son ayudas puntuales. Lo que tenemos que hacer es aplicar esos recursos a bienes públicos. Por ejemplo, en el tema de la papa hay que construir unas variedades que el mercado pague bien, variedades que se puedan convertir en almidones e invertir en plantas agroindustriales para procesar esa papa que compre el mercado. No concentrarnos solo en la papa comestible, porque en la medida que yo siembro más y la gente consume menos la van a pagar peor, pero hay que sembrar papa para producir almidones y eso es lo que tenemos que hacer, producir para que los mercados internacionales nos quieran comprar. Hacer plantas para el procesamiento de ese producto y agregar valor a nuestros cultivos, dedicar esos recursos que hoy tiene el agro para crecer y no a regalarlos.