Economía

“Medellín le apostó a la brillantez y me sorprendió": Joseph Stiglitz

Colprensa

En cada esquina había un motivo de asombro para este estadounidense de 71 años que trabajó como consejero de economía para la administración de Bill Clinton y fue economista jefe en el Banco Mundial. 

“No me imaginaba a Medellín así, tan colorida, tan brillante”, le decía a Juan David Valderrama, director de la Agencia de Cooperación e Inversión de Medellín y el Área metropolitana (ACI), mientras veía las fachadas verdes, amarillas y rosadas de las casas, a través de los vidrios de la cabina del metrocable. 

Ya en tierra firme, Stiglitz recorrió el sector más comercial de Santo Domingo hasta llegar al mirador. Allí escuchó a Valderrama hablar de la Medellín de antes y la de ahora, y se gozó el paisaje como un turista más. 

Al hombre de las respuestas (fue el economista más citado en el mundo en 2008), ayer le sobraban las preguntas: ¿Las casas de las comunas tienen servicios públicos? ¿Por qué hay Policía en este sector? ¿Cómo mantienen las calles tan limpias? ¿Está cerrada la biblioteca España? ¿Podemos entrar? 

Por supuesto que la Biblioteca España estaba abierta. Alexandra Moncada y Daniela Agudelo leían cuentos a un grupo de niños mientras Stiglitz se enteraba de que, a través de un fondo de educación superior, la Alcaldía le paga cada semestre a 3.000 estudiantes de zonas periféricas de la ciudad sus costos universitarios. 

“Es muy impresionante lo que se ha hecho en Medellín. Ha habido muchas investigaciones en Estados Unidos describiendo cómo nuestras ciudades se han segregado económicamente, y uno de los problemas es que la gente pobre no puede acceder a la educación ni a los empleos, lo que genera un círculo vicioso de pobreza: no tienen trabajo, luego no tienen ingresos, se instalan en áreas pobres y se quedan allí”, dijo el economista. 

Stiglitz se maravilló con el sistema de transporte integrado de Medellín e incluso lo comparó con el de la ciudad donde vive, Nueva York. 

“Michael Bloomberg (exalcalde de Nueva York) hizo un muy buen trabajo con el acceso de los ciudadanos a la salud, pero con el transporte público, no tanto”. 

Y continuó: “El transporte público es muy importante. Hay muchas partes de Estados Unidos donde no hay buen transporte público y la gente tiene que conseguir un carro. Muchos únicamente pueden comprar un mal carro, que con los días se avería y les impide llegar al trabajo. Eso causa que muchos pierdan su empleo, y comienza el círculo vicioso de la pobreza. Entonces, es muy importante tener medios de transporte públicos para que la gente pueda llegar a su lugar de trabajo sin problema”, explicó Stiglitz antes de calificar de “brillante”, la iniciativa de las bibliotecas dentro de las estaciones del metro. 

En Moravia, la última estación del recorrido en la que El Colombiano lo acompañó, de manera exclusiva, el Nobel de Economía recorrió uno de los jardines infantiles. “Lo que me gusta de Medellín es que está tratando de focalizarse en el concepto de dignidad, en tratar de dar espacios atractivos, en hacer sentir bien a la gente. No es sólo una lucha por sobrevivir, es una apuesta por la brillantez. La entrada al Metrocable está llena de luz bajo la sombra de la Biblioteca. Creí que me iba a encontrar con algo oscuro y sucio. Definitivamente, todo es diferente a lo que yo esperaba”. 

Lo que falta por hacer 

Stiglitz salió anoche rumbo a Toronto maravillado con Medellín y sus pequeños detalles, como los letreros en inglés en colegios y dentro de las mismas estaciones del metro, y cifras como la de la población que hoy está conectada a Internet, que según la Alcaldía alcanza el 45 por ciento. 

“Resalto dos cosas. La primera, la integridad en los proyectos de la ciudad. Por ejemplo, he visto que hay muchos parques que funcionan juntos y generan efectos simultáneos. Tienen clara la visión de lo que se necesita para recapturar la ciudad. Lo segundo, la constante y consciente referencia de los ciudadanos a la dignificación de los más vulnerables”. 

No obstante, el economista dejó claro durante su vista que hay retos y tareas pendientes: “Hay que luchar por la calidad de la educación. Mucha cobertura no asegura calidad. Desde la economía, hay que crear empleos, darles espacio a nuevas empresas y hacer esfuerzos para impulsar las pequeñas. 

Está bien hecho el esfuerzo para atraer a compañías internacionales pero no hay que enfocarse solo en eso. Necesitamos emprendedores”.