Economía

“Ningún país puede hacer viable un negocio a base de subsidios”

El codirector del Banco de la República, César Vallejo, es partidario de eliminar los subsidios permanentes, porque en su concepto deben ser destinados solo a los pobres, y no solucionan los problemas estructurales de la caficultura.

A cambio dijo que esos recursos que se entregan para aliviar el precio, deben ir al mejoramiento del servicio técnico, de la comercialización, investigación, innovación e incremento de la productividad.

“Ningún país del mundo puede hacer viable un negocio a base de subsidios”, señaló. En este punto Vallejo se refirió a los costos de producción de la caficultura, que es uno de los más altos del mundo, y señaló que más que dar subsidios al precio o para bajar los fertilizantes, los cafeteros deben mejorar sus niveles de productividad que han caído y se ubican entre los más bajos en países productores de arábigas.

“Si se tuviera una muy buena asistencia técnica, que en la Federación se ha reducido, el caficultor puede tomar decisiones que bajen sus costos y esto no significa bajar los precios de los insumos. El subsidio a los insumos es una solución parcial. Reducir los costos es mejorar la eficiencia”, indicó.

Señala que el senador Robledo defendió los subsidios y en su discurso (en el debate en la Universidad de Manizales), dijo, confundió el concepto, porque se pasaba de subsidio hacia el papel del Estado “y el papel del Estado no es subsidiar, ni éste puede reemplazar el papel del Estado. Que Estados Unidos auxilia la agricultura, entonces, ¿vamos a competir en capacidad de subsidiar con Estados Unidos? ¿o con Europa? ¿Vamos a poder hacer agricultura porque vamos a dar los mismos subsidios que dan esos países? Esa es la pregunta”. Agregó que el país sí es capaz de hacer viable y rentable la caficultura con el apoyo del Estado, no con subsidios, sino mejorando las vías, la comercialización, asistencia técnica y ayudar para que el renglón sea eficiente.

Vallejo indicó que ya no se justifica que el Gobierno haga parte del Comité Nacional Cafetero y a su juicio debe salir de la institucionalidad. “Ese hecho no le conviene ni al Gobierno ni a los cafeteros. El Ejecutivo queda un poco maniatado porque si él participa en las decisiones el gremio, difícilmente puede entrar a regular y controlar. Y a los cafeteros no les conviene porque igual quedan un poco a merced de las decisiones del Gobierno”, dijo.