Reforma laboral afectaría estrategias de ciudades productivas de 24 horas
sábado, 18 de marzo de 2023
Según las cifras de Fenalco, 85% de las empresas del comercio minorista formal están en categorías de horarios extendidos
Después de cuatro borradores, ajustes y desajustes, comentarios y modificaciones, se radicó por fin el proyecto de la reforma laboral que entrará en discusión ante el Congreso de la República. Pero, a pesar de que el documento fue el resultado de una concertación entre los sindicatos, gremios y el Ministerio de Trabajo, expertos aseguran que todavía existen preocupaciones sobre algunos puntos claves.
Es así como uno de los asuntos más polémicos, y que tal vez represente un gran reto para el Gobierno y las empresas, es el tema del recargo dominical y el cambio en la jornada nocturna, que no solo aumentaría los costos laborales en más de 30%, sino que también afectaría todas las estrategias de ciudades productivas de 24 horas, como es el caso de Bogotá, así como los negocios de esta jornada.
Según la reforma radicada, la jornada nocturna cambiaría. Hoy empieza a las 9:00 p.m. y con la propuesta pasaría a ser desde las 6:00 pm hasta las 6:00 a.m. Además, se aumentaría el pago a 100% del recargo dominical y festivo, mientras que hoy es de 75%.
Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, explicó que “cada hora que se reduzca la jornada semanal tiene un impacto, pues esa hora trabajada se vuelve una hora extra. Para 2023, el cambio de jornadas diurnas, nocturnas, dominicales y festivos traería un incremento de 12% adicional. Este año habría un incremento total de entre 30% y 35% en costos”.
Añadiendo además que “el enfoque propuesto en el proyecto castiga las actividades de comercio y servicios, en especial aquellas que se desarrollan en la noche, destruye todas las estrategias de ciudades productivas 24 horas, como es el caso de Bogotá, y no considera los retos y desafíos actuales en materia de logística y transporte de mercancías para efectos del mejoramiento de la movilidad en las ciudades y de la calidad del aire”.
Para Juliana Morad, directora del Departamento de Derecho Laboral de la Universidad Javeriana, este punto es preocupante porque el cambio en el recargo nocturno puede terminar afectando nuevamente a sectores cuyo core de negocios se desarrolla en jornadas nocturnas.
“Ya empieza a haber susto en los empresarios dedicados a estas actividades, un susto que no es menor porque son los grandes empleadores del país. Nosotros no somos un país de grandes industrias, sino de medianas, pequeñas y microempresas, entonces creo que toca reiterarlo porque en este sentido hay que tener mucha cautela para no afectar a estos empresarios que son los que proporcionan el empleo”, afirmó Morad.
Y es que, según Fenalco, 85% de las empresas del comercio minorista formal pertenece a categorías que tienen horarios extendidos. Muchos de ellos funcionan las 24 horas de los siete días de la semana.
De esta forma, negocios como discotecas, bares, restaurantes y panaderías, se verían fuertemente afectados con el cambio en la reforma.
Para la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica, (Acodres), gremio oficial del sector de restaurantes, cafeterías, pastelerías y panaderías en Colombia, lo propuesto en la reforma laboral del Gobierno de Gustavo Petro, deja en vilo un sector que durante los últimos años se ha tenido que enfrentar a incrementos de costos de sus insumos de alimentos, cierre de vías y una pandemia que todavía deja rezagos.
“Merecemos un capítulo especial en esa reforma laboral, pues es un sector que genera empleabilidad en el país. Hay que hacer un cambio que mejores las condiciones de los empleados sin afectar a los empresarios. Empezar a generar un proceso de cobro después de las seis de la tarde, cuando muchos de los establecimientos empiezan a funcionar, generaría que suba el precio de los alimentos y que se reduzca la contratación de más personal”, explicó Brany Prado, director de Acodres Pacífico y la Amazonía.
Otros puntos
Otro tema que, según los expertos, aún se debe analizar muy bien son los contratos laborales. La reforma dice que se mantienen las ocho horas diarias legales de trabajo y que se priorizarán los contratos a término indefinido. Se prohíben los contratos colectivos con organizaciones sindicales para la prestación de servicios o ejecución de obras y los que están, se mantendrán hasta que termine la vigencia.
“Veo la reforma desafortunada en el caso que dice que los contratos por obra labor y el término fijo no pueden ser para actividades permanentes, me parece que no tiene sentido y que existe una mala redacción de lo que quieren hacer porque permiten los contratos de obra labor pero no para actividades permanentes y eso ridículo”, afirmó Karla Escobar, socia de CMM Abogados.
Y agregó que “la verdad vemos temas como los contratos de prestación de servicios. Por ejemplo, con las temporales es un tema delicado, pues ahí ya dice que las temporales no pueden contratar, o sea que uno como usuario de una temporal no puede contratar para la prestación de servicios, que eso se utilizaba antes. Entonces limita el uso de las temporales, lo que va efectivamente a afectar mucho ese mercado de la tercerización”.
Otro tema que se pone sobre la lupa es la negociación colectiva por rama sin importar tamaño de empresa. “La negociación se propone a nivel rama y es que vamos a negociar las condiciones de todo un sector y esto va a aplicar indistintamente a la grande, la mediana y la pequeña empresa; y no es lo mismo exigirle unos costos a una gran empresa que una pequeña”, explicó Morad.
Como conclusión, varios expertos y sectores piden que se analice muy bien la reforma propuesta, pues no solo podría acarrear más costos para las empresa, si no que también podría terminar afectando la fuerza laboral en Colombia; y un mercado de empleo que aún no se recupera.
“Tan solo algunos artículos, de los casi cerca de 80 que contiene el proyecto, fueron acordados por las partes”, indicó Cabal. Además de que, según cálculos de Fenalco, la reforma podría elevar el desempleo entre 4,2 y 5,7 puntos. Esto significa que los desempleados pasarían de 3,4 millones de personas que registra el Dane, a 4 millones en el mediano plazo.