Solo hay una regasificadora en el país y la segunda planta estará disponible hasta 2026

La situación del país en cuanto a la disponibilidad y perspectivas futuras del gas atraviesa dinámicas dispares. Aunque Ecopetrol y Petrobras confirmaron la práctica de pruebas de formación en Sirius-2, con un potencial de aumentar las reservas en hasta 200%, Colombia atraviesa una coyuntura de desabastecimiento gasífero, mientras las importaciones atienden la demanda nacional.

En esta situación de importación de gas, el presidente Gustavo Petro señaló que el precio que Colombia estaba pagando por traer el recurso energético es más alto que el del mercado internacional. Bajo esta premisa, ordenó a Ecopetrol intervenir en las importaciones y dio luz verde a traer gas desde Catar.

“Inmediatamente el presidente dio la orden, se iniciaron los diálogos con la delegación de Catar para buscar alternativas”, señaló el ministro de Minas y Energía, Edwin Palma tras la orden del mandatario.

Para que el recurso llegue a Colombia, se podrían emplear dos rutas: por el Pacífico y por el Caribe. Aunque se contempla la construcción de nuevas regasificadoras, el país solo cuenta con una planta de procesamiento del gas para su posterior transporte al interior del país, se trata de la regasificadora Spec-LNG en Cartagena.

La planta regasificadora, que opera desde 2016, se ubica en un punto estratégico de conexión con el mercado internacional de gas licuado del petróleo, GLP, gracias a su cercanía con Trinidad y Tobago y Estados Unidos, que actualmente son los países a los que se les está comprando el gas.

Dicha planta tiene una capacidad de regasificación de 400 millones pies cúbicos diarios, pcd, y almacenamiento de 170.000 metros cúbicos de gas natural licuado. Los operadores contemplan la capacidad de suplir hasta 40% de la demanda diaria de gas, así como garantizar el suministro para atender 20% de la demanda de energía eléctrica diaria en Colombia. Además esta planta está conectada con el Sistema Nacional de Transporte.

Por otro lado, ya se adjudicó el primer contrato de regasificación en el Pacífico. “Se trata de una estructura flotante que tendrá la capacidad de importar 60 millones de pies cúbicos diarios. La unidad de regasificación estará ubicada en Buga para facilitar la inyección del recurso al Sistema Nacional de Transporte”, comentó el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa.

A pesar de contar con una inversión de US$480 millones, el proyecto solo entraría en operación hasta el segundo trimestre del próximo año.

Con este panorama, analistas del sector coinciden en que el país debería desarrollar al menos otra infraestructura que permita la recepción del recurso energético y el abastecimiento de la demanda interna.

Alejandro Castañeda, presidente de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras, Andeg, comentó que el país accede al gas que importa a través del mercado de corto plazo (spot), que tiene una logística más sencilla. Sin embargo, traer el gas desde Catar implicaría desarrollar otra infraestructura de regasificación adecuada.

“Si el Gobierno busca importar gas catarí, sería imprescindible desarrollar nueva infraestructura, ya que hoy el país solo dispone de la planta de regasificación de Cartagena (...) cualquier alternativa que contribuya al abastecimiento y suministro de gas es bienvenida, pero es fundamental que venga acompañada de las inversiones necesarias para hacerla viable”, explicó Castañeda.

Una de las dificultades que surgiría ante la posibilidad de importar gas catarí corre por cuenta de los operadores de Spec-LNG. Daniel Guardiola, director de EQT Research de BTG Pactual, señaló que la orden impartida por Petro ignoró que el operador de la regasificadora de Cartagena no es Ecopetrol sino Promigas.

“Ecopetrol hoy no tiene las facilidades para importar gas. El país tiene la planta de regasificación de Cartagena pero la controla Promigas. No puede importar gas”, dijo Guardiola.

Finalmente, los expertos comentan que la posibilidad de traer el recurso energético desde Catar, no necesariamente conlleva precios más bajos. Esto en razón de los costos de logística y transporte más altos.

“Saldría más caro que los precios de importación desde Trinidad y Tobago y Estados Unidos. A no ser que Catar nos venda el gas subsidiado, a precios más baratos, será más costoso traer este recurso que desde donde lo traemos actualmente”, concluyó el directivo en BTG Pactual.

Finalmente, Guardiola afirmó que esta propuesta es inviable, y que como en otros casos esta iniciativa no será más que otro anuncio sin materializar.

El proyecto offshore promete aumentar las reservas de gas en hasta 200%

La explotación de Sirius-2 es una de las fuentes que podrían aportar a la autosuficiencia energética del país, una vez inicie a operar. En abril de 2022 empezó la perforación del pozo y en julio del mismo año se alcanzó la profundidad final. Se trata de un proyecto que aumentaría en hasta 200% las reservas gasíferas del país y que se espera que entre a operar en 2029. Entre Ecopetrol y Petrobras apuntan a invertir US$1.200 millones para la fase de exploración y US$2.900 millones durante la fase de desarrollo de producción.