Tunja y Manizales se encuentran entre las cinco ciudades más competitivas
miércoles, 9 de mayo de 2018
Se tuvo en cuenta la capacidad de retención de las inversiones
Laura Lucía Becerra Elejalde
Tras cinco años de presentar el Índice Departamental de Competitividad, el Consejo Privado de Competitividad (CPC) y el Centro de Pensamiento y Estrategias Competitivas (Cepec) de la U. del Rosario presentaron un estudio que evalúa a las ciudades en relación con su capacidad para atraer y mantener empresas dentro de mercados productivos.
En primer lugar, el Índice de Competitividad de Ciudades (ICC) resaltó a Bogotá-Soacha como la zona con mayor competitividad a nivel nacional, con un puntaje de 7,41 sobre 10, por encima de otras 22 ciudades de las cuales solo el área metropolitana de Medellín (7,00), el área metropolitana de Manizales (6,14), Bucaramanga y Tunja (6,03) obtuvieron calificaciones positivas.
“La razón por la cual es tan importante construir estos índices es porque si verdadera quiere mejorar la competitividad, hay que entender qué está pasando a nivel local y en cada uno de los territorios. Es la única forma de ir construyendo para mejorar los indicadores a nivel nacional”, explicó la presidente del CPC, Rosario Córdoba, quien aseguró que este nuevo índice complementa al departamental como indicador para el desarrollo de políticas públicas.
Bajo los criterios establecidos por el indicador, la ciudad que fue catalogada como la menos competitiva fue Riohacha, con un puntaje de 2,79 sobre 10. Las otras ciudades que registraron niveles de competitividad bajos son Quibdó (3,34), Florencia (3,62), Cúcuta (3,96) y Sincelejo (4,09).
“Los indicadores nacionales reflejan un promedio, y con frecuencia esconden la dispersión de los datos, mientras que hay departamentos donde la cobertura neta de educación primaria llega a 100%, hay otros que no llegan ni a 50%. En Colombia hay grandes brechas en las regiones y en las ciudades”, explicó Córdoba.
Para la elaboración del índice, el CPC escogió ocho áreas metropolitanas y 15 ciudades a las cuales aplicó como criterios de evaluación tres factores. El primero, necesidades básicas, comprende la estabilidad de las instituciones, la infraestructura y el equipamiento de la zona, el tamaño del mercado, la calidad en educación básica y media, acceso a salud y sostenibilidad ambiental.
Por su parte, el segundo factor, referente a la eficiencia de las ciudades, revisa el manejo en relación con la eficiencia de los recursos y a a educación superior y al trabajo de capacitación. El último factor se relaciona con la sofisticación y diversificación del aparato productivo y los avances en innovación y dinámica empresarial.
“Uno de los aportes más importantes de esta medición de la competitividad urbana está asociado con desempeño. De esta manera, las instituciones locales podrán identificar con claridad en cuáles pilares e indicadores específicos cuentan con mayor margen de maniobra para mejorar sus puntajes, sin importar el tamaño de las localidades o de las áreas metropolitanas”, explicó Saúl Pineda, director del Cepec.
Otros criterios que analizó el ICC fueron los estándares del nivel de vida de la población considerando elementos como los ingresos, el nivel de generación de empleo, calidad de vida de los ciudadanos e igualdad de acceso a oportunidades.