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Administrar de una manera óptima sus finanzas personales puede aportar al desarrollo de habilidades

Cada persona en el mundo está sujeta a percibir ingresos y tener gastos. Aun si se trata de alguien que vive de la caridad o que no tiene un empleo formal, siempre se necesita recibir de alguna fuente los ingresos para luego gastar.

Es importante que todos reconozcan que tienen ingresos y gastos, incluso si se vive de la economía de los padres o de la pareja, y por eso es importante tener un entendimiento básico de la economía personal, lo cual es el primer paso para posteriormente pensar en manejar una empresa, bien sea a otros o su propio emprendimiento.

Comencemos con el análisis del flujo de caja personal. Esto es algo que aparentemente cualquiera piensa que lo maneja, pero a usted, amigo lector, lo invito a hacer la siguiente reflexión: ¿tiene elaborado un registro detallado de sus ingresos y gastos mensuales, y sabe cómo está esa relación? No estoy diciendo que lo haga en la mente, le estoy preguntando si tiene la información desagregada, detallada, con cuentas precisas de cuáles son sus gastos periódicos, y cuánto necesita para vivir cada mes. El resultado podría sorprenderlo, y esa sencilla operación matemática de ver si los ingresos son superiores, inferiores o iguales a los gastos, puede mostrarle algo distinto a la percepción que tiene hoy.

Mis recomendaciones al respecto son las siguientes: tome conciencia de lo importante que es usted como empresa, y que debe ser la primera empresa exitosa antes de pretender ser empresario en escala mayor.

 Le invito a que haga su flujo de caja. No tome este ejercicio a la ligera. Tome el tiempo suficiente de repasar no solamente los tres o cuatro gastos principales, sino toda la lista de gastos detallados que a veces consideramos insignificantes pero que la sumatoria de estos pueden tener un gran impacto en las finanzas personales. Incluya taxis, almuerzos, invitaciones, entretenimiento, regalos, paseos, cine, etc. Puede ser un ejercicio que se haga una vez al año o cada semestre, y puede cambiar significativamente las decisiones que tome. A veces no identificamos claramente por qué nuestra economía no prospera, o por qué estamos en unas condiciones mejores o peores que en otro periodo de evaluación, y muchas veces allí vamos a encontrar la respuesta. Entonces mi invitación es a que registre todo, le dedique tiempo, e incluso cuando termine la primera versión de este ejercicio continúe revisando durante la semana o durante el mes.

 Una vez realizada esta relación de ingresos y gastos, haga la operación matemática de restar, si los ingresos menos gastos dan más o menos que cero. Si el resultado es negativo, revise en detalle esos gastos relacionados y evalúe cuáles puede eliminar. Se puede sorprender del impacto que tiene eliminar cosas sencillas que considera que no cuestan mucho pero que van sumando y haciendo una especie de drenaje en las finanzas personales.

Si la relación le da positivo, le invito nuevamente a que haga la relación de los gastos y que no olvide ninguno. No subestime nada.

 Si aún así está correcta la operación y le da positivo, debe revisar sus proporciones de ahorro. Si bien hay algunas teorías que dicen que debe ser al menos 10%, considero que para  lograr un proceso de capitalización en sus finanzas y tener ahorros que le permitan llevar a cabo algunos proyectos de mayor alcance, como la adquisición de activos fijos o alguna inversión, o estar preparados cuando una oportunidad se presente, debería ser 30% de los ingresos.