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BMW triplicará producción de fibra de carbono para apostar a carros eléctricos

María Alejandra Sanchez Pedraza

Moses Lake, un pequeño pueblo del estado de Washington, en Estados Unidos, es uno de los epicentros de producción de la fibra de carbono, un material más ligero con el que BMW quiere apostarle a la producción de vehículos eléctricos. Para esto, anunció que triplicará su producción en el lugar, con una inversión de US$200 millones.

“Creemos que la fibra de carbono será un material clave para la industria automotriz en el siglo XXI”, señaló Klaus Draeger, miembro de la junta directiva de BMW AG. Pero no solo es una apuesta por el futuro, sino una necesidad debido a la acogida que ha tenido el BMW i3, el primer auto completamente eléctrico de la compañía alemana, y el lanzamiento del BMW i8, la primera generación de vehículos deportivos con esta tecnología.

Aunque desde hace 10 años la compañía ha utilizado la fibra de carbono para algunos componentes de sus diferentes modelos, estos dos carros, los primeros de la división de BMW i, tienen una mayor utilización de esta fibra, pues la carrocería está hecha de este material para disminuir el peso y así compensar el que suma la batería recargable.

La estrategia de BMW se concentra en una visión hacia un mayor uso de los vehículos eléctricos, y es que el fabricante de automóviles de alta gama está comprometido con reducir las emisiones de dióxido de carbono y el consumo de combustible. Por esto, con el anuncio de aumentar la producción de fibra de carbono de las 3.000 toneladas actuales a 9.000 en 2015, la compañía espera sentar las bases para poder desarrollar aún más la construcción de automóviles ligeros.